Se han sucedido poco más de dos años desde la publicación de “Barrio de La Paz Acto 1”, tercer disco en solitario de Javier Ojeda, y su registro anterior, “Reversos”. Un espacio relativamente corto teniendo en cuenta los tiempos que corren, y asombra pensar que durante ese lapso ha hecho más de 110 conciertos con distintos formatos, ha publicado el CD exclusivo “Treinta Tacos” junto a Danza Invisible y ha visto como Warner, su antigua discográfica, ponía en circulación el recopilatorio “Danza Total”, además de ser testigo de la mayor crisis económica vivida en los últimos años que se ha cebado especialmente con el mundo de la cultura en general y el de la música popular en particular.
Paradójicamente, “Barrio de La Paz Acto 1” es la grabación que más se ha extendido en el tiempo desde que Ojeda publicase “Por ahora” junto a Danza Invisible, y este periodo está demostrando ser esencial para revitalizar sus energías creativas, puesto que ya anuncia un “Acto 2” en proceso.
Para entender todo este vaivén investiguemos las circunstancias que rodean la creación de tan ambiciosa obra.
Durante el ecuador de la extenuante gira del 30º aniversario de Danza Invisible, Ojeda empezó a trabajar en el próximo proyecto sin una idea preconcebida, simplemente, empezó a componer canciones con unos y otros y a esbozar ideas sobre posibles versiones ajenas; sin tener muy claro ni los músicos a utilizar, ni el concepto global del álbum.
Entonces, inopinadamente, empezó a trabajar a marchas forzadas sobre un encargo de la marca promocional “Sabor a Málaga”, un tema original que se titularía “Hambre de ti” y que le dejó plenamente satisfecho. Impulsado por la relativa facilidad de esta grabación, y animado tras el reencuentro con su viejo amigo Daniel Amat, que le animó a montar un proyecto juntos reviviendo el viejo espíritu de Javier Ojeda & el Tercer Mundo, la banda que montaron 10 años atrás, Ojeda decidió crear una nueva banda de acompañamiento que se llamaría los Hispano-Cubans.
Una vez establecido el enfoque sobre los tipos de música que mejor se adaptaban a su ecléctica colección (soul, y latina, junto a su cada vez más creciente y peculiar “andalucismo”), se realizó la grabación durante los días libres de unos y otros, extendiéndose a lo largo de un año y con un elenco de colaboradores muy especial: junto al pianista cubano Amat, co-productor del álbum junto al ubicuo en las últimas creaciones del artista, Miguel Paredes y el mismo Ojeda, hay apariciones estelares de Celia Flores, Daniel Casares, Irene Lombard, Pancho Amat (padre de Daniel), Genara Cortés y varios habituales de Chambao, por mencionar sólo algunas.
“Barrio de La Paz Acto 1” representa la confluencia perfecta de la clase vocal y la capacidad aglutinadora de Ojeda con el brillo inmarcesible de sus compañeros de sesión.
Al igual que en sus primeras adaptaciones de temas ajenos, las canciones no son tanto “versiones” como “inversiones” o si se quiere “perversiones”. “Lágrimas”, un rompepistas soul de Womack & Womack, recientemente adaptado por Joss Stone, aquí se convierte en un rabioso boogaloo que parece transportarla a una cuarta dimensión.
Lo mismo puede decirse de sus composiciones propias, como ese hilarante “Oiga camarero” que abre el álbum y podría cerrar cualquier boda postinera.
Estos son los dos principales activos del álbum: la voz versátil de Ojeda junto a la exuberante instrumentación de los Hispano-Cubans, el ying y el yang, el sastre y la percha perfecta para un traje musical exquisito.
Globalmente se mantienen los peculiares giros que harán feliz a sus fans, pero en el intervalo entre “Barrio de La Paz” y “Reversos” encontrarán una corriente subterránea de sensualidad que se despliega con efectos devastadores:
El dúo “Soy cobarde” junto a Celia Flores, tomado a ritmo de rumba, derrama todo el salero de un mar que baña la costa del sol, refrescando seguramente a más de un flamenco y “Carnaval toda la vida” demuestra que la experiencia de Ojeda como cantante ya le permite apostar sobre seguro con todos los naipes de su abigarrada baraja musical, a la manera de los grandes estilistas de la canción latina como Cheo Feliciano.