¿Tiene sentido hablar de un libro que no te está gustando mucho? Seguramente no, pero creo que ya sabéis que hay un alma de periodista en mí, esa con vocación crítica que trata de evitar el caer en el tó er mundo e güeno y que gusta de opinar sobre esto y aquello, como cuando de adolescente hacía críticas imaginarias de discos en la facultad. Ocurre que la lectura de «Britpop. La vida moderna es una basura» de Marcos Gendre, libro que me regalaron hace unos tres años, se me está haciendo un poco farragosa, no tanto por el contenido en sí sino por la, en mi opinión, excesiva utilización de citas ajenas que le restan personalidad. El sr. Gendre es un excelente periodista rock cuyos artículos suelo leer con mucho agrado pero en este caso temo que pueda dejar el libro inconcluso.
A lo mejor es porque el objeto de su estudio me ha dejado de interesar, o quizá la manera de plantearlo no consigue captar mi interés. El britpop fue un movimiento sobredimensionado por la prensa musical inglesa, ávida de volver a liderar las corrientes mundiales del rock, ya sabemos que hay algo de colonialista en el país del Brexit. El libro analiza las circunstancias políticas y sociales del boom de bandas como Suede, Oasis o Blur, datadas en la caída de Thatcher y las esperanzas del nuevo gobierno progresista de Tony Blair (luego ya se vio que este último de progresista no tenía nada, como demostró con el ignominioso Pacto de las Azores en compañía de Bush y nuestro Jose Mari Aznar, que todavía anda por ahí diciendo que por supuesto que Irak tenía armas de destrucción masiva) y el esfuerzo de los medios por reeditar la época dorada de pop británico, aquella cuando Beatles, Stones o Kinks marcaban tendencia con discos absolutamente geniales.
¿Qué queda de todo este supuesto movimiento? Un puñado de buenas bandas como los fantásticos Pulp, los primeros Oasis, muchos de los discos de Suede, ilustres perdedores como The Auteurs; pero también grupos mediocres como Kula Shaker, Gene, Mansun… En mi opinión los últimos días gloriosos de la música británica se dieron a finales de los 70 y comienzos de los 80, a lo mejor es cuestión generacional pero me quedo con la new wave y toda la ola post-punk que trajo el paso a los 80. Ian Dury, Elvis Costello, Gang of Four, el primer Joe Jackson, The Cure, Joy Division, todos esos discos arrebatadores y cada grupo o artista con un sello absolutamente propio.
No creo que actualmente sea una buena era para el rock británico. Por supuesto que de UK siguen saliendo artistas fascinantes, pero la mayor parte de géneros más adscritos a la electrónica o música de baile. ¿Coldplay o Muse? No es mi rollo, lo siento. Ah, cómo cambia el paladar musical con los años, y me temo que uno no puede andar «En busca del tiempo perdido», si se me permite hacer una referencia a Marcel Proust. Por cierto, creo que voy a dejar «Britpop» y a ver si puedo por fin meterle mano a «El mundo de Guermantes».