Pero bueno, vaya final de año que tenido, estoy que no me lo creo (igual que el dolor de estómago con el que he recibido la entrada del nuevo, no veas con los pasones). El 2010 ha sido tan inolvidable para mí que casi me da apuro manifestarlo, especialmente si lo comparo con lo mal que lo ha pasado el resto del país. Y del gremio de la música, ni os cuento. Resumamos: durante el 2010 he publicado «Tía Lucía» con Danza Invisible, me he estrenado como reportero -odio decir escritor- con «Una historia del pop malagueño (1960-2009)», entre medias he cantado con Danza Invisible y en solitario, he colaborado con todo bicho viviente y he grabado dúos con Cómplices, Second y Motel Caimán, amén de recibir con Danza las distinciones de Malagueños del Año del Diario Sur, Premio de la Junta de Andalucía, homenaje de la Organización Cultural Plenilunio y como remate, pregonero de la Feria de Málaga. ¿Qué me faltaba? Pues grabar un nuevo disco en solitario con el Teatro Echegaray a rebosar los dos días. Increíble, ¿no? Y eso que económicamente los dos años anteriores me fue mucho mejor. ¿Pero a quién coño le importa eso ahora?
Ahora es momento de festejar. Lo puedo decir abiertamente: gracias a vuestro esfuerzo me váis a hacer posible la edición de «Reversos». He realizado una apuesta suicida que me ha salido increíblemente bien, el financiar la grabación con la taquilla del teatro. Yo estaba acojonado, porque realmente no sabía si como solista iba a tener tirón suficiente para llenar las dos noches, y más cuando a falta de un mes la recaudación era sólo de un 30%; pero ya lo decían mis amigos, «la gente de Málaga es así, tío, todo el mundo espera al último momento». Y vaya si tenían razón, no veas la de gente que se quedó fuera, qué lástima. Veréis, a mí me da mucho corte decir esto porque soy de otra generación, y he tenido la suerte de vivir las vacas gordas de la industria del disco; por eso siempre me parece cutre el pedir que la gente pague por mi show, estoy mal acostumbrado al no haber tenido jamás que «ir a taquilla». Ah, más los tiempos de la industria discográfica hace tiempo que cambiaron para siempre, y si no quieres tener un contrato abusivo de una compañía, con porcentajes sobre las actuaciones e incluso los derechos de autor, lo mejor es autofinanciarte y pelear, ¿no? Todavía recuerdo mi extrañeza cuando vi en París al músico congoleño Papa Wemba en un barrio repleto de africanos, lo que más me chocó era que el público, entusiasmado, le soltaba de vez en cuando billetes ¡que él aceptaba! He comentado la anécdota en infinidad de ocasiones, y lo que entonces me pareció una mezcla de cutrez y pintoresquismo me parece ahora mucho más normal. En países del Tercer Mundo, el músico está mucho más cerca del modelo de «pasa la gorra» que del artista distante que tantos años hemos vivido. Definitivamente, el negocio ha cambiado y no va a volver atrás, adáptate o limítate a llorar, macho.
Las críticas de las actuaciones han sido espectaculares, de las mejores de mi carrera. Ver al público puesto en pie con un repertorio TAN arrriesgado no es normal, la verdad, y más cuando el 66% les era absolutamente desconocido. Llámalo tablas, talento, profesionalidad o lo que quieras; yo me quedo, sobre todo, con el convencimiento de que soy un tipo apreciado, con casi tantos amigos como los que quería tener Roberto Carlos, y eso es LO MÁS GRANDE. ¿Quién puede hoy día armar dos actuaciones de este tipo con (enumero)?:
1.Familiares y colegas desplazados desde Montilla, Murcia, Granada, Isla Cristina, Madrid… El Gran Lolo, Reunión, Eddy Hard-On, Pepe Garijo, el mundo perote y Pérez-Barquero, ¡salud!
2.Un trabajo excepcional de fotografía y proyecciones, con mención especial para los inmensos Pepepar y José Cortés «Wosky», a coste cero. Eh, y Mateo y mi hermano Jose, ¿qué?
3.Filmación a cuatro cámaras por la jeró (¡gracias, Jorge Agó , Zorro y los demás!).
4.Sus compañeros de Danza Invisible presentes apoyando.
5.Un grupo de performance llamado And The removiendo los cimientos del sinsentido más absurdo.
6.Tocadores de sitar.
7. Técnicos, «pipas», colegas, músicos de la más variada procedencia.
8.Políticos del PSOE, PP y Los Verdes.
9.Magnífica cobertura en prensa.
y 10.Ese plantel de musicazos.
Casi me pongo a llorar. Si voy a seguir siendo vocalista por unos añitos más va a ser gracias a todos vosotros. Como dije en escena, sabré recompensaros, lo juro. Ya tengo una frase para los créditos de «Reversos»: DEDICADO A TODOS LOS QUE ABARROTÁSTEIS EL TEATRO ECHEGARAY LAS MÁGICAS NOCHES DEL 27 Y 28 DE DICIEMBRE. ¡Viva la música!