¡Y tan rápidos! Porque es que no tengo tiempo ni para dirigir el éxito, cosa que me lleva pasando todo este año de locos.
-El principio: La gente de Brisa Festival quiso contar con Danza Invisible para esta edición como muestra de agradecimiento a la ayuda que les presté el año anterior. Les comenté que coincidía con nuestro 40º aniversario y ahí comenzaron a hilarlo todo: lo de las 40 bandas o artistas locales interpretando una versión del grupo y lo de los artistas nacionales haciendo lo mismo, todo eso es mérito de ellos.
-Yo he hecho un poco de «productor asociado», o sea, no he tenido que ver con la organización pero sí he aconsejado tal o cual grupo por cercanía, calidad o lo que fuese. Y también les he acompañado en varias reuniones encaminadas a conseguir patrocinios para el evento. Son gente fantástica, profesionales y además melómanos y entusiastas de la música.
-Una vez se cerró el cartel me comentaron que estaría guay que pudiese acompañar a algunos de los artistas, ya fuese locales o nacionales, por aquello de tener una bala en la recámara a modo de sorpresa. Desgraciadamente me perdí tres de los cuatro días de «Brisa en el Barrio» por coincidirme con conciertos variados, pero aprovechando que el del sábado era en Málaga y de sobremesa llegué a tiempo para cantar «Sin aliento» con Respiro y «¡Deprisa!» con Polarnova. Y ya antes del festival gordo el «Algo así como un tango» con Tabletom.
-El día 1 me lo pasé en grande. Me hice muy amigo de los La La Love You que hicieron «Sabor de amor» conmigo muy a su estilo. Los de Seguridad Social habían escogido «Naturaleza muerta» y me pidieron hacerla a dúo, pero yo preferí hacer «Solo tú eres mi pasión», tema suyo que ya había cantado anteriormente y que funcionó a modo de homenaje mutuo, somos bastante colegas. No me dio tiempo a conocer a Miss Caffeína, pero sí a escuchar su deslumbrante versión de «Sin aliento». A los Dorian sí los conocí y me cayeron de la hostia, su «El joven nostálgico» estuvo fantástico y le hicieron una preciosa presentación hablada. Gracias de verdad, compañeros.
-El 2 fue la locura. Entre pruebas de sonido y ensayo de duetos me tiré en la Plaza de Toros desde por la mañana, donde ya pude ver que «A este lado de la carretera» con Juan Perro iba a quedar super elegante. Cuando llegó Anni B Sweet me llamo Dani Herrera, el jefe del equipo, para pedirme que la tranquilizase, ya que les habían perdido todo el equipo en el aeropuerto y estaba nerviosísima. Pero aquí va la grandeza de estas nuevas generaciones, ni cortos ni perezosos se plantaron a hacer el show en acústico apañándose como pudieron e invitándome a cantar con ellos «Sola con la luna». No sé como sonaría «Por ahí se va» con banda completa, pero en acústico quedaba muy intrigante. Después risas con ellos y conversaciones con Santiago Auserón, al que se notó muy a gusto en cada momento.
Lo de Mikel no estaba pactado. Yo no quería quedar de omnipresente y por eso no le dije nada, pero es que resulta que fue él quien me dijo de hacer «Agua sin sueño» con él así a las bravas, sin ensayarla previamente. Y si no fue de los momentos mágicos del festival es que ando algo perturbado aún. ¡Vaya versión!
-¿El show de Danza? Muy, muy ensayado y con muchísimo entusiasmo. De primeras se acordó invitar a poca gente, básicamente porque la banda se siente más cómoda así. Mi intención era haber invitado a gente muy allegada y que hubiese pasado por la banda como es el caso de Roberto Cantero, pero resulta que tenía bolo. El percusionista Gino Pavone iba a venir, pero contrajo covid, ¡qué putada! Por tanto escogimos a mi amiga Olga Díaz del grupo Mataka para hacer algo que debía haber hecho en aquel lejano 1996: hacer «Me conformo» a dúo (de hecho cuando la compusimos siempre pensé que la había diseñado para hacerla chico-chica, pero me faltó convencimiento para planteárselo al grupo) a modo de agradecimiento a todas las bandas locales.
Seguramente perdimos algo de ritmo tras el desvanecimiento de un espectador, pero lo volvimos a coger pronto y de hecho menos mal que interrumpimos el concierto porque al hombre le había dado un infarto del que parece afortunadamente que se ha recuperado. Y luego la aparición necesaria de Ricardo Texidó, hombre fundamental en los inicios de la banda. Y David Quintero. Y Paula, mi hermanita.
-El día 3 lo pasé destrozado en casa y pido disculpas a los artistas por no haberme desplazado pero es que mi cuerpo no daba más de mí, la verdad es que una de las pocas pegas que tengo es que me he sentido un poco solo por momentos, y a mí me gusta celebrar las cosas en compañía. Pero tengo nuevos amigos, el ánimo encendido y un extraordinario año de galas.
Gracias para siempre a todos los involucrados (ayuntamiento, diputación y por supuesto la gente del BRISA) en este homenaje sin par, ejemplo para el resto de España. Ya me puedo morir tranquilo… pero me vais a tener que aguantar unos años más porque esto me da nuevas alas. Adiós.