Aunque parezca mentira, comencé a colaborar regularmente con la prensa escrita como ¡comentarista del Málaga C.F.! Fue la temporada 2005-2006, la del último descenso y para el Málaga Hoy. Casualmente he encontrado un viejo artículo que me apetece colgar a modo de curiosidad.
HEROES Y VILLANOS
A comienzos de esta semana hemos tenido los Danza Invisible una visita ilustre a nuestro local de ensayo: Jorge Garbajosa y Jesús Lázaro. Qué buen rato pasamos, qué buena gente son, cómo vibraban mientras les tocábamos alguna de sus piezas favoritas (no en vano se retrataron como seguidores confesos de la banda), cómo se nota que disfrutan del aprecio de la gente, de la afición. ¡Pero si van los primeros! Aún así, hay que destacar que, al igual que sucede con la música, los cracks del deporte suelen serlo también fuera de la cancha.
Es la cara y la cruz del deporte malagueño. Una sociedad que se codea con los grandes de Europa, que se permite el lujo de tutear a Barça y Madrid, contra otra que arrastra un mal endémico que se había visto paliado en las últimas temporadas, pero que últimamente se ha mostrado en toda su dureza. Posiblemente por eso la afición malaguista suele compartir equipo favorito: los hay del Madrid y del Málaga, del Barça primero y luego del Málaga, etc. Es normal. No todo el mundo está preparado para ser de un equipo que casi nunca llega a nada, huérfano de títulos, sin gestas épicas en su historia. ¿Por qué me tira más el fútbol que el baloncesto? A esta pregunta sólo caben tres respuestas:
-Soy un merdellón. Me gusta el jaleíllo de las tascas, de los aficionados boquerones insultando al árbitro, al Sevilla, a la directiva, a los catalanes y a la madre que p…. a tó er mundo.
–Síndrome de Robin Hood. Un afán inexplicable por defender al necesitado, por la lucha contra el poder establecido, por ir a la contra. Por eso a lo mejor la última vez voté por los verdes.
– Otra teoría, acaso más aventurada, es la que mi hermano denomina “el control de la frustración”. En resumidas cuentas, esta teoría médica viene a decir que la educación correcta de una persona viene dada por un control estricto del ego desde que uno es pequeñito, con lo cual un tipo que haya sufrido las necesarias restricciones de personalidad desde la niñez se convierte en alguien templado, moderado, amable al llegar a la edad adulta. Si esto es cierto, señoras y caballeros, la conclusión es lógica: ser del Málaga implica ser una excelente persona. ¿En qué otro equipo se puede encontrar que el héroe de la jornada (Alexis, con sus dos goles) se convierta en el villano al regalar el empate en una absurda jugada? ¿Y que la primera vez que se remonta un resultado se acaba perdiendo tontamente? Es que somos mucho. La temporada próxima, de turismo rural. (Ah, la canción del titular, de los Beach Boys).