Pues no puedo decir que este mes de agosto haya sido especialmente memorable, la verdad. O sí, pero por motivos extramusicales. Comenzamos con un concierto sorpresa en Málaga el día 2 en el que agarré una contractura en la espalda que se me fue agudizando hasta el día 11 en el que tuve que ir a una fisio de urgencia en Galicia, el día anterior en Cantabria hubieron de pincharme porque estaba fatal. Y luego se me quedó cogido el gemelo derecho el día 17 en Puente Genil, no veas qué rachita.
Claro que todo esto ocurre por el ritmo brutal de conciertos y los constantes desplazamientos y falta de sueño. Las dos furgonetas con que contábamos se nos averiaron y en algunos conciertos tuvimos que coger dos incomodísimas, en otra ocasión hubo que hacer un viaje hasta Ourense con la de Paco Vílchez sin aire acondicionado, no teníamos otra. Imaginaos el paso por Extremadura a 40 grados y todo el mundo mareado del calor. Antes en Vélez Rubio la furgoneta que lleva LuisFe, el sustituto de Paco en varios bolos, se había reventado y tras un sinfín de traslados llegué a Chipiona dos horas tarde para hacer un acústico que resultó ser el concierto en el que mejor me lo he pasado, menos mal.
Pero casi todos los conciertos de agosto han sido con los Danza. Y Antonio L. Gil venía arrastrando un problema en el nervio radial que le hacía perder movilidad en la mano derecha, hasta que la cosa se hizo tan insoportable que hubo que recurrir a David Quintero como sustituto de urgencia (gracias, amigo), que se chupó dos semanas de infarto con grandes distancias y, siento decirlo, pésima organización: hoteles lejanísimos, horarios que no llegaban, falta de información…. Todo esto ha hecho mella y el ambiente se ha tensado bastante y yo mismo no he sido ajeno a ello. Tengo en general buen carácter, pero me canso de chuparme marrones y ser casi siempre el que ha de protestar y dar la cara, la verdad. Y el pobre de Manolo Rubio no ha parado tampoco.
Pero bueno, Antonio L. Gil ya está de vuelta con nosotros y cada vez anda más cerca de volver a tocar sin dificultades. Ahora en septiembre nos espera también una racha tremenda pero espero al menos que la cosa fluya mejor y nos serenemos un poco. Por otra parte, todo sea dicho, los conciertos están siendo bastante buenos en general y eso es la mejor noticia que puedo dar. Os espero en los conciertos de Danza Invisible de septiembre (serán 11 o 12), en los tres que tengo con Rock & Roll Star y en los dos con mi banda de solista. Increíble pero cierto: llevo cantando prácticamente a diario desde que empezó el año y la voz aún no se me ha resentido, crucemos los dedos.