Javier Ojeda nunca defrauda. Da igual los años que lleva subido a los escenarios que lo da todo como el primer día. Los más ochenteros y noventeros disfrutaron de su música en las discotecas de todo el país y cantaron y bailaron sus canciones más conocidas. Pero más de treinta años después siguen haciéndolo. Torredelcampo pudo vivir esa sensación esta semana con la actuación en la fiestas de Santa Ana de Danza Invisible. Tres décadas de recorrido musical en uno de los grupos que marcó a toda una generación. Temazos como Sabor de amor o Catalina que muchos corearon recordando viejos tiempos.
(Publicado en HoraJaen).