Hace no mucho el compañero Marcky, el principal responsable de las webs de Danza y la mía, me pedía que encontrase un ratito para darle una relación de todos los duetos que he realizado. Ardua labor, compañero, y me temo que poco menos que imposible, porque ya he perdido la cuenta y además no poseo todos los que he grabado. Además, y lo más importante, es que tampoco es que les haya dado una gran importancia. Examinando nada más los últimos que he realizado te encuentras con que he grabado rock clásico con Motel Caimán, flamenco comercial con Chandé, electro-rock alternativo en directo con Model Monroe, hip-hop con Gordo Master… hasta he cantado en directo con Pablo Alborán. ¿Esquizofrenia creativa, falta de dirección o coherencia, querer estar en todos lados? Nada más lejos. Si os fijáis, lo único que tienen todos estos artistas en común es que son malagueños y son mis amigos. ¿Algún problema? Si tengo que decir la verdad, entre los dúos que he realizado a lo largo de mi carrera hay de todo: algunos me encantan, otros los veo solo correctos, hay otros en los que sinceramente la canción no me seduce mucho. Pero hace tiempo que he perdido el punto éste elitista de intentar que todo en lo que intervengo tenga que ser chic y cool; digamos que reservo lo mejor de mis esfuerzos para mis grabaciones en solitario o con Danza. Vaya, ya me he expresado mal, yo intento siempre hacer el mejor trabajo que pueda, solo que en los duetos grabo canciones en las que me limito a poner la voz, no intervengo en el proceso de composición y arreglos. Me reconforta pensar que hay gente que me tiene mogollón de aprecio por mi altruismo, es más bonito para mí ser recordado como un buen tío ante todo.
Rápido, rápido, un breve resumen de actuaciones del mes de junio. Comenzamos por Danza, que ha tenido un mes de lo más satisfactorio, con dos actuaciones vibrantes en Mérida -aquí estuve yo regular de voz, a lo mejor porque llevaba un tiempo cuidándome, como dice el cabrón de Miguelo- y Arroyomolinos (Madrid), más una aparición casi sorpresa en el Estadio de La Rosaleda coincidiendo con la presentación del futbolista Joaquín. Oye, como malaguista es lo más, ojalá nos toque ahora disfrutar un poquito a los del «Atleti de Andalucía». También estuvimos Manolo y yo tocando en una jam session improvisada en un garito de mi Barriada de la Paz, donde nos juntamos algunos de los mejores músicos de Málaga delante de las cámaras del Canal Viajar, que hicieron un bonito reportaje de la Málaga de Javier Ojeda. Para septiembre o así lo emiten. Y en Torremolinos me tocó otorgar el premio de la Asociación Cultural Plenilunio a Lorenzo Saval, director de la revista Litoral. ¿Que no sabéis qué revista es? ¡Corred a buscarla en la Wikipedia, pardillos, u os maldeciré eternamente!
Cambiando de formato y repertorio, me encantaron las dos actuaciones acústicas en la costa de la Axarquía, sin olvidar la de Los Corrales (Sevilla) y su maravillosa asociación de madres (¡gracias, Carmen!). A mi amigo Pepepar le parece éste el mejor de los formatos. Qué raro, ¿no? Bueno, sin duda es en el que más hablo con el público, incluyendo mi proverbial imprudencia a veces. En el Rincón de la Victoria disfrutando del emplazamiento priviligiado del Mulse y la amabilidad desbordante de sus dueños; en Nerja gozando directamente como un enano visitando de nuevo mi localidad costera favorita de Málaga, más si es para apoyar un proyecto ecologista de defensa del ecosistema marino. Tenemos un cuasi paraíso que se está viendo amenazado, no somos conscientes de que el peligro de que nuestras playas se asemejen al Mar Muerto está ya ahí. Ah, y con la banda de «Reversos» he pasado por Ponteareas (Pontevedra), flipando con el Balneario de Mondariz (y el alcalde, vaya personaje el tío) y ese cielo estrellado que no se ve igual desde el Sur y nos recuerda que somos una mierdecilla insignificante dentro del mundo. Me encanta Galicia.
¡Guerra entre seguidores de Danza! Veo el Facebook y flipo con todos los comentarios agresivos y de mal tono. Hasta mi compañero Ricardo, siempre tan visceral, sale a la palestra afirmando que va a denunciar a quien hable mal de él y demás. No doy crédito, rebusco en el Foro de Danza, donde rara vez suelo dejarme caer, y no veo nada de importancia para tanto revuelo. Aagh, ¿estamos locos o qué? Mucho me temo que las redes sociales y foros de internet tienen mucho peligro, más de una vez una simple diferencia de parecer que se solucionaría en un momento si se estuviese cara a cara se convierte en una agria disputa sin sentido, mientras ese genio sinverguenza del Mark Zuckerberg se descojona de nuestras trifulcas infantiles que le hacen megamillonario (¿habéis visto «La red social»?). Propongo desde ya un cese de hostilidades, compañeros. La otra polémica a la que ha derivado el asunto, la supuesta confrontación Danza de Ricardo against Danza sin Ricardo ya no es que huela, es que apesta, además de que no existe, es falsa. Han pasado más de quince años y alguno sigue empeñado en remover mierda que hace tiempo pasó por la depuradora. Ricardo sabe que me tiene para lo que haga falta y que estoy orgulloso de los años que pasamos juntos. Hace unas semanas estábamos los dos disfrutando como enanos tocando juntos con Model Monroe, sin ir más lejos, y ambos compartíamos nuestra ilusión por nuestros próximos trabajos, mirando al presente y huyendo de nostalgias caducas. Para el 30ª Aniversario de Danza Invisible, a celebrar el próximo 24 de marzo en el Teatro Cervantes, estaremos más que encantados de contar con tu presencia, Rick, que sé que seguramente estás leyendo esto.