¿Quién dice que no se nota el paso del tiempo? Yo al menos lo noto muchísimo. Cada año me va costando más hacer nuevos temas, me despisto más en actividades cotidianas, me coloco antes, se me olvidan más las cosas, las resacas son más duraderas, tardo más en pillar el momento óptimo de forma física. También cada vez me cuesta más escribir estas líneas a las que me auto obligo mensualmente para no perder el hábito de la escritura, seamos sinceros.
Otra cosa es que me conserve más o menos bien o que no sea capaz de responder diligentemente al trabajo, cuidado. Lo que pasa es que he llevado un ritmo de curro tan demencial los últimos 15 años que me veo obligado a empezar a delegar, mismamente el año pasado me di cuenta de que me despistaba en la gestión de algunos conciertos y por fin para este 2025 he hecho lo que hace todo el mundo, es decir, tener una mánager para la contratación de galas y delegar en su oficina todo aquello de las hojas de ruta, hoteles, etc. La verdad es que es un alivio y estoy por ahora contento del paso dado.
¡Y eso que empecé el año un poco asustado! A día 2 de enero apenas tenía unos 8 conciertos contratados y estaba preocupado, ya no por mí sino por los músicos que me acompañan. Pero esa preocupación se ha disipado de sopetón, a día de hoy supero ya la cuarentena y empiezo a estar pelín agobiado por lo que se me viene encima, y es que cogí algunos trabajos muy chulos, pero que requieren muchos esfuerzos y ensayos, como por ejemplo ese «JAVIER OJEDA PRESENTA» del 22 de marzo en Benalmádena en el que me van a acompañar grandes figuras de la música nacional (Guzmán y Shuarma) junto a jóvenes promesas (Alba de La Perra Blanco, Anadie y Noelia Sakura de Wasabi Cru).
También en marzo voy a preparar un bonito proyecto junto a Miguel Núñez, el que fuera director musical de Pablo Milanés los últimos 26 años, del que sabréis más detalles dentro de poco. Y comienzo las sesiones de grabación para ese futuro disco que me he propuesto publicar en noviembre y que aún no sé si será de temas propios o versiones, o una mezcla de ambos. Ah, y me tengo que aprender un tema para un bolo especial del día 19 que pensaba que no iba a salir, uf, toma ya.
A veces me siento un poco solo para llevar todos estos líos p’alante. Como he dicho en más de una ocasión, yo más que un solista soy un genuino hombre de banda y me encanta compartir los pequeños triunfos o fracasos con la gente a mi alrededor. De hecho, empecé a trabajar de solista cuando Antonio Gil de Danza sacó su proyecto de La Carmen, y es que Warner apostó fuerte por él al principio y yo temía verme descolgado. Siempre he necesitado de colaboradores para sacar adelante las canciones, tanto en música como en letras, o sea, más que un compositor al uso creo que soy un buen ensamblador. Ahora creo estar en una buena racha, mi mente comienza a vagar y se me ocurren ideas, frases con gancho, posibles cambios de estructura para hacer brillar más una nueva canción, etc. Tanto me alobo -expresión malagueña que viene a significar despistarse muchísimo- que la semana pasada, tras estar nadando unos 1300 m, salí de la piscina creyendo estar ya en los vestuarios y me quedé en pelotas delante de todo el mundo durante unos instantes, no vea.
Feliz mes de marzo para tod@s y por favor, aléjense de los personajes tóxicos que inundan telediarios y/o redes. Tenemos una sola vida y merece la pena disfrutarla en paz.