Cuando grabé «Polo Sur» en Zaragoza, allá por el año 2006, me hice con un círculo de amigos de lo más peculiar que el tiempo y, sobre todo, la crisis ha acabado desmembrando. De vacaciones en México, tengo la fortuna de poder coincidir con Edu «el Maño» (al que está dedicada «Besos al aire») que finalmente ha optado por el cambio de aires tras una larga temporada en el paro. Se le veía radiante, esperanzado, con ambiciones renovadas y sobre todo con ganas; por no hablar de Cristina, su mujer, que ya es mexicana de por sí. Otro amigo del círculo, Antonio «Estación», tuvo que cerrar el mítico local de copas y ahora anda también por tierras aztecas luchando por abrir un nuevo local allí. Tatanko anda por Guinea Ecuatorial intentando hacer negocios, Nacho Serrano (el productor) subsiste en Zaragoza gracias a un auxiliador empleo en el tranvía…. y así todo. Sí, el año pasado fue una mierda para casi todo el mundo. Aquí en Málaga las cosas se ven un poco más optimistas, sobre todo porque las depres lo son menos con buen clima («who needs a job when it’s sunny?»), de hecho parece que mi provincia es la que mejor aguanta el envite de toda Andalucía, aún así hoy estoy triste porque en muy poco tiempo un par de conocidos míos ya no están con nosotros, debido en parte a esta espantosa crisis de las narices.
Ay, mi «hermanita» Paula también se ha mudado, en este caso a Miami, aunque en este caso no todos los motivos son la falta de dinero y oportunidades. Como te voy a echar de menos, puñetera. En un par de semanas parece que anda ya con banda dispuesta a perturbar la tranquilidad de los habitantes del estado de Florida, prepárense, cubano-yankees. Otro músico malagueño amigo del alma como es Roberto Cantero me habla maravillas de los viajes que está haciendo algunos fines de semana a tocar en clubs de Londres, «Javier, no te puedes imaginar la diferencia de nivel que tienen allí con respecto a la música y el trato a los músicos, es otro mundo.». Ya.
¡¡¡Aaaaagh!!!! llego de vacaciones y mi tradicional ímpetu viene multiplicado por cinco, con ideas frescas, ganas, ánimo, «hay otros mundos fuera», y en un par de semanas parece que el «hará-kiri» al que se está viendo sometido este país pugna por aguarme la fiesta. Nada más llegar leo en Efe Eme una noticia sobre el desplome de la industria cultural española desde la instalación del fatídico 21% de IVA y me apresuro a colgar la noticia hasta que pienso, ¡alto! ¿Qué voy a conseguir? ¿Van a dar marcha atrás? Veréis, no es que me haya hecho conformista como debe saber cualquiera que lea mis cosillas, es que sencillamente me da la impresión que la táctica de la confrontación, ese «indignaos», nos está llevando a seguir el juego de ELLOS. Caso Bárcenas, Gurtel, los ERE, el rescate bancario, Amy Martin, corrupción por doquier, mierda, mierda y mierda. Unos y otros nos utilizan como pelotas de ping-pong para sus intereses, ¿no os dais cuenta? Por mi parte estoy dispuesto a salir a la calle, claro está, pero teniendo como prioridad mayor de mi manifestación la reforma de la ley electoral YA. Desgraciadamente quienes nos gobiernan han sido elegidos por la mayoría del país, sí, pero esto que digo comienza a ser un clamor popular y de haber tenido listas abiertas dudo mucho que resultado y consecuencia hubiesen sido estas.
No sé por qué, pero tengo la impresión de que este año va a marcar un punto de inflexión en mi carrera. Este mes de febrero comienza para mí con actuaciones los días 14, 15, 16, 17 y 21, prácticamente todas con distinto repertorio. Las del 14 y el 15 son el espectáculo «La leyenda del bolero», una idea original de Víctor Vallejo en la que inicialmente solo iba a hacer de invitado en un par de temas, para finalmente acabar como vocalista principal debido a la obligatoria baja por maternidad de mi amiga Nuria Martín. Pero cuidado, a veces las casualidades provocan los momentos más increíbles, estoy alucinado en los ensayos viendo las posibilidades que tienen estos temas interpretados por un combo de cuasi-jazz, ¡aquí hay que cantar, señor@s!. Altísimamente recomendables, como también lo será el concierto con orquesta del 17, pero me temo que a este no podréis acudir al estar la entrada restringida a la comunidad universitaria. Y el 16 ando por Montilla estrenando mi nueva incorporación para los acústicos: un guitarra-corista 10 llamado Rafa Salas (ex-Motel Caimán) con el que vamos a renovar repertorio. Lo dicho, estoy tanteando, probando nuevas posibilidades y excitado ante las nuevas perspectivas musicales que se me están abriendo. No, definitivamente nosotros no somos como esa mugre de la que antes hablaba, tenemos algo de lo que jamás podrán presumir ellos: dignidad. NO NOS MOVERÁN.
(Joder, vaya si me están saliendo canas. En breve ya puedo ir de crooner por gusto y, ejem, necesidad.)