El vigués participó en Benidorm en un homenaje a Germán Coppini
Golpes Bajos, la banda viguesa que asombró a la escena musical a mediados de los años 80 con 19 canciones imposibles de clasificar, volvió a reunirse más de tres décadas después. Faltaba, claro, el inimitable Germán Coppini, fallecido hace cinco años. El reencuentro, enmarcado de forma estelar en el Iberia Festival de Benidorm celebrado este fin de semana, era un homenaje al vocalista y líder de la efímera formación, pero solo estuvo parcialmente a la altura. En la primera parte, Teo Cardalda llevó el peso del espectáculo y estuvo acompañado por cantantes ligados generacionalmente con los vigueses pero que, desde luego, no compartieron estilos ni áurea. Nacho Campillo (Tam Tam Go), Sole Giménez (Presuntos Implicados) o Javier Ojeda (Danza Invisible) hicieron lo que pudieron sobre el escenario, pero no transmitieron ni una décima parte de la elegancia y la amargura vital de las letras de Golpes. Escuchar a Pepe Begines (No me pises que llevo chanclas) cantando Estoy enfermo es una rareza excesiva incluso para el universo de Coppini. La cantautora Mercedes Ferrer no se aprendió las canciones y perdió los papeles literalemente. Destrozó A Santa Compaña, y eso es imperdonable. El carrusel de colaboraciones poco ensayadas le restó emoción al repertorio en el que asomó Ni una sola lágrima. No había motivos para derramarlas. O sí.
Después hubo otro concierto. Salieron a escena los músicos originales, Pablo Novoa y Luis García, siguió Cardalda con el peso instrumental, y otro gallego, Iván Ferreiro, dignificó media docena de temas estelares que tanto le impactaron siendo un niño, cuando los escuchó en Castrelos. El ex Pirata mostró solo una parte de la que será su gira Cena recalentada, que arrancará en marzo con fechas cerradas en A Coruña y Vigo y cuya solidez artística está garantizada por el respeto que demuestra a su grupo de cabecera y por la exquisita profesionalidad de Novoa y García, que le acompañarán. Todos los músicos cerraron el homenaje entre fuegos artificiales cantando juntos Malos tiempos para la lírica, la canción bandera de Golpes, que sigue vigente y que da sentido a un fenómeno de madurez artística prematura de cuatro veinteañeros que pusieron a Galicia en el mapa de la movida española.
(Juan Capéans para La Voz de Galicia).