Foto: Javier Ojeda, vocalista de Danza Invisible Daniel Pérez | EFE
El cantante de Danza Invisible dará sendos conciertos en Noia y O Grove este fin de semana
Después de más de cuatro décadas, Danza Invisible dio su último baile sobre un escenario el pasado mes de junio. La banda que triunfó con la movida se despidió para siempre, pero a su líder aún le queda cuerda para rato. Javier Ojeda continúa con como cantante en solitario, con su gira actual por España. Este fin de semana se desplazará hasta Galicia para dar conciertos en Noia (mañana, Liceo, 22.00 horas) y O Grove (domingo, Náutico, sin concretar hora).
—Hace dos meses que se despidió Danza Invisible, ¿cómo se sintió?
—Con sentimientos encontrados, una especie de alegría triste y tristeza alegre. La separación era inevitable, pero ver la emoción de la gente y la sensación de todo lo que habíamos hecho juntos, te entra mucha melancolía.
—Pero sigue pisando escenarios en solitario
—Sí, continúo con mi carrera y la verdad es que estoy encantadísimo. Ya venía tocando en solitario desde hace años, mientras seguía con la banda. Actualmente estoy de gira, de hecho, ahora mismo estoy rodeado de músicos. Acabamos de tocar en Soto Grande, provincia de Cádiz, y nos quedan un par de conciertos por aquí estos días. Después tenemos un viaje largo hasta Galicia, este fin de semana estoy tocando el sábado en el Liceo de Noia y justo a la mañana siguiente, en el Náutico de O Grove.
—De cara a estos próximos conciertos, ¿cuáles son las sensaciones?
—Yo estoy seguro de que van a estar genial, por dos motivos principales. Soy muy profesional, siempre me entrego y lo hago bien. Pero Galicia tiene ese plus de que aquí tengo amigos, y que después de un viaje tan largo quiero llegar y decir «aquí estoy yo». Y que la gente disfrute de mi estado actual, voy acompañado de unos músicos magníficos que me secundan y todos tenemos muchas ganas de ir. Las previsiones no pueden ser mejores.
—¿Y qué se podrá escuchar?
—Siempre intento hacer una recopilación de los grandes éxitos de mi carrera. Canto temas de Danza
Invisible, que el público me reclama. Si me piden Sabor de amor o A este lado de la carretera, por su puesto que las voy a tocar. Pero siempre intento sorprender con alguna canción menos conocida, de mi discografía reciente.
—¿Qué relación tiene con Galicia?
—¡Pero qué pregunta es esa! A cualquier persona del sur de España le encanta Galicia y le parece lo más. ¡Cuantas veces habré tocado yo ahí! Si me pongo a contar… entre unas 80 o 100 fechas. En solitario he dado entre 10 y 15 conciertos, pero con la banda una barbaridad de ellos. De Galicia me gusta todo, me encanta la naturaleza y la gastronomía me parece espectacular. Pero sobre todo la gente, sois extraordinariamente amables. Los andaluces y los gallegos nos llevamos muy bien y a mí me caéis todos estupendamente. Puedo alardear de tener amistades en toda la comunidad y de conocerla bien.
—¿Cuál es su lugar favorito?
—Tengo muchos. En particular, de la Galicia interior. Hace nada descubrimos la Ribeira Sacra de Ourense y me pareció absolutamente preciosa. Luego, la costa de Lugo, es la gran desconocida de España, y es uno de los sitios más maravillosos que he visto en mi vida. Y también guardo recuerdos extraordinarios de los dos lugares en los que voy a tocar. De una vez que estuve en Noia hace muchos años, me acuerdo de unas vistas desde la habitación de un hotel, y pensar. «¡Qué bonito es este sitio!». De O Grove, tengo en la memoria el momento, después de un concierto, en que ya algo borrachos fuimos a cantar a un karaoke.
—Javier Ojeda no tiene pensado despedirse próximamente, ¿verdad?
—¡Qué va! Acabo de cumplir 60 y me atrevo a decir que aún me queda una década, ¡mínimo! Dentro de nada, voy a publicar un recopilatorio de canciones de amor y desamor, titulado Poliamor.
(Sara Pardo para La Voz de Galicia).