El cantante malagueño publica nuevo disco recuperando algunos de sus temas más emblemáticos, que interpreta junto a seis formaciones diferentes
Foto: Javier Ojeda, en una de sus actuaciones
En abril del año pasado, antes de subirse por enésima vez a un escenario, Javier Ojeda hizo la cuenta. A ojo de buen cubero eran más de dos millares de veces las que desde que se inició en la música había cogido el micro para compartir su repertorio con el público. Lo tuvo claro. El álbum que el incombustible vocalista de Danza Invisible presenta este viernes 23 de junio se llama ‘Más de 2.000 noches sin dormir’.
Un título que hace referencia tanto a las actuaciones que más o menos cree que lleva desde que comenzó su carrera musical en la década de los 80 como a lo que le cuesta conciliar el sueño cuando se baja de las tablas. «Siempre necesito un poquito de desbarre. O de conversación, pero a la cama no me puedo ir enseguida».
«Es un disco no apto para gente que no sea muy ecléctica», resume el artista, en conversación con ABC. ¿Por qué? Porque aunque quienes se acerquen a él encontrarán canciones conocidas, de trabajos anteriores, las ha grabado versionándolas con seis formaciones distintas.
Así lo hace con sus viejos amigos de Danza, una de ellas, pero otras suenan junto a un trío de latin jazz, pasando por otras con las que Ojeda canta junto a la Orquesta Sinfónica de Málaga.
Sólo permanece invariable el vocalista, que se divierte de nuevo revisitando su historia musical. Con un único tema inédito, ‘Por amor viviremos’, un ‘cover’ de una antigua canción de Neil Sedaka, aunque más conocida por la versión que le hicieron Captain & Tennille, que llegó a ser número uno en Estados Unidos. Y que revela para empezar a hablar cuáles son las apetencias musicales del malagueño. «En sólo una parte de la canción hay ya más acordes que en cuatro temas de reggaeton», sonríe.
El artista presenta su trabajo en Estepona. Durante la Noche de San Juan, la playa de la Rada acogerá para este estreno una fiesta con muchos músicos invitados, entre los que se encuentran notables esteponeros como el guitarrista Daniel Casares.
En ella se desgranarán los temas de ‘Más de 2.000 noches sin dormir’. «Parece que el estreno lo haya diseñado un genio de la publicidad: el disco se publica justo en el cambio entre entre la primavera y el verano y cuando se publica empiezan las hogueras en la playa. ¿Qué más puedo pedir?», ríe el cantante.
‘Más de 2.000 noches sin dormir’ llega sólo unos meses después de que Ojeda presentase ‘Los castillos del mar’, el único disco en directo grabado durante los tiempos de la dura pandemia. En dos conciertos celebrados en la provincia de Málaga. Él dando botes en el escenario frente a un público sentado y con mascarilla. Que era apercibido si se movía demasiado. «Me gusta ir a contracorriente. Y ese trabajo nace de la rabia que sentía no sólo por mí; especialmente por mis músicos, a los que la vida se les hizo tan complicada por culpa del virus’.
Javier Ojeda no dejó nunca de actuar. Se lo debía a sus músicos y a él mismo. No sabe vivir de otra forma. Y ha seguido. Hasta casi caer extenuado. «Me había metido en demasiados fregados», resume. El año pasado fueron 104 conciertos nada menos los que ofreció. A sus actuaciones en solitario se le sumó el 40 aniversario de su mítica banda, Danza Invisible.
«No quería achicharrarme»
Y el cansancio, claro, pasó factura. «Soy muy inquieto. Me gusta mucho mi trabajo. Lo disfruto. Pero lo que no quería era achicharrarme. Y cuando hicimos el concierto de Danza, en abril del año pasado, me di cuenta de que todavía me quedaban otras 50 actuaciones, así que decidí que 2023 me lo tomaría con más calma».
Así ha sido, lo que no quiere decir que esté parado. Ni mucho menos. Además de varios eventos privados en los que se embarca, el malagueño está anunciado para el 30 de julio en el III Festival Ochentero de Lebrija, el 1 de julio en Torredonjimeno y el 2 en La Carolina. Ya en agosto tiene programados otros conciertos en Isla Cristina,Salobreña o la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, entre otros.
¿Y Danza Invisible? ¿Volverá? Javier Ojeda tiene claro que sí. Pero igual de claro que este año no, que éste toca descanso. «Por supuesto que haremos más conciertos. La relación con el resto de componentes del grupo sigue siendo óptima. Pero a mí me gusta mucho trabajar solo y cuando vuelvo con Danza es como volver a ver esos viejos amigos con los que a veces te reúnes«, asevera.
Otra cosa es grabar. Ahí lo ve más complicado. No hay una «decisión colectiva» que anime a todos sus miembros a sacar nuevos temas. «Ahora mismo mi proyecto principal, ya desde antes de la pandemia, es el que hago como Javier Ojeda. No porque yo sea más chulo que nadie, sino porque voy más rápido trabajando«.
(Fernando del Valle para ABC Andalucía).