El cantante presenta el próximo domingo en el Teatro Cervantes de Málaga «El vaivén de las olas», un recopilatorio de sus últimos veinte años de carrera
Foto 1: El cantante Javier Ojeda, en la Alameda Principal tras la entrevista
Tras casi cuatro décadas en la música era el momento de publicar un recopilatorio. A sus 55 años, el malagueño Javier Ojeda presenta el próximo domingo en el Teatro Cervantes «El vaivén de las olas», que reúne lo mejor de sus últimos veinte años. Lo hará con un espectáculo muy especial, con casi una decena de artistas invitados que le acompañaran en lo que considera «un cierre de ciclo».
«La gente se va a entretener mucho porque no solo escucharán mi repertorio, sino que habrá una barbaridad de artistas y muchos timbres vocales», explica a ABC. El título de su nuevo trabajo es un homenaje a «su condición marítima», pero también a los vaivenes estilísticos que ha vivido a lo largo de su carrera. De hecho, el disco reúne hasta 36 canciones, entre nuevas versiones, remezclas y grabaciones en directo. «Es un guiño a mi faceta como director artístico. Me parecía bonito reunir algunos espectáculos que he coordinado, como el tributo a Los Iberos, a Pepa Flores o a Los Gritos», sostiene.
Aunque reconoce que todos los discos que ha publicado siempre han tenido su público, cree que hubo un punto de inflexión en el año 2000. Desde entonces han publicado canciones «muy buenas, pero poco conocidas», otro de los motivos que le han animado a sacar adelante este recopilatorio en el que, junto a Danza Invisible, participan artistas como Irene Lombard, Celia Flores o Chucho Valdés, y hay cameos con Mari de Chambao, El Kanka y Dry Martina.
Una de las novedades de «El vaivén de las olas» es la nueva grabación de la mítica canción «Sabor de amor», que nunca le ha pesado. Reconoce que, entre otras cosas, gracias a ella hoy concede esta entrevista y, además, se considera afortunado por tener un repertorio clásico, que siempre es una «ventaja». «Creo que negarle al público parte de lo que quiere ver es un acto de prepotencia y no me gusta, porque me debo a la gente». Precisamente por eso, dice que siempre intenta actualizar y modernizar sus viejas canciones, «buscarse la vida» para intentar sorprender al público, aunque sea con «Sabor de amor».
Foto 2: Ojeda, en un momento de la entrevista
Los 80 y 90 -dice- fueron «el cenit» de su éxito, aunque presume de haber dado el do de pecho en los últimos cinco años en cuento a conciertos. Si bien nunca ha dejado de tocar con Danza Invisible, a los que considera «sus colegas», cree que tomar su propio camino fue la mejor decisión. Su primera actuación en solitario la recuerda como un salto al vacío que acabo siendo su liberación. «Encontré la diversidad que buscaba tocando con unos y con otros y, aunque suene paradójico, también encontré la felicidad como músico cuando empecé a bajar un poco en popularidad», confiesa.
La de Javier Ojeda es una carrera curtida desde abajo. Cuando los grupos de rock de los 80, que venían de la Transición, comenzaron a tener difusión. «Me encantaría que las bandas españolas tuvieran las mismas oportunidades que tuvimos nosotros. Que lo mejor del indie español acaparara las pantallas, pero la música en las televisiones se limita a programas concurso y aunque no tengo nada en contra de ellos, no tienen nada que ver con la música».
Ojeda ha visto como en los últimos años cerraban algunos de los locales míticos de esa movida malagueña y que eran punto de ebullición de esas bandas con vocalistas «individuales y un sello muy particular». Es un síntoma evidente de que «el talón de Aquiles» de Málaga es la música, explica. Y lamenta que en la «proyectada ciudad de los museos” no haya ni un solo sitio en el que se pueda crear escena, como si ocurre en Sevilla o en Granada».
Tras cerrar el año con 108 actuaciones, el cantante afronta 2020 con ganas de tomarse un descanso. Pero hay Ojeda para rato. Ya tiene en mente un nuevo trabajo con el que arrancará el año que viene en el que reunirá «en el disco que merecen» algunos temas propios no incluidos en el recopilatorio.
(Pablo Marinetto para ABC de Sevilla).