Las letras de La Cura

Me encuentro en la Fiesta de Entrega de Premios de la Opinión 2015 con Laura J. Insausti, exactamente el día antes de su colaboración en mi disco, y me va contando animosamente todos los avances que han experimentado para su segundo largo. Uno de los aspectos más destacables, dice ella, es el salto cualitativo que han experimentado sus letras, ha estado asistiendo a un curso para letristas impartido por Javier Laguna (el autor de los textos de Zenet) y allí ha aprendido a distinguir qué palabras tienen mejor sonoridad, cómo utilizar imágenes chocantes en determinados contextos, etc. Al día siguiente recuerdo un artículo que hice para la le revista «Litoral» sobre las letras del rock en castellano en el que distinguía entre letristas «eficaces» u otros que podrían considerarse auténticos poetas y entonces descubro un libro que compré en ¡1993! y que todavía no había leído, un volumen de canciones de The Cure. ¡La Cura, lo que yo necesito en estos momentos!; esto de «hernia discal extruída postero-lateral izquierda con componente de migración caudal en el disco intrevertebral L5-S1 que probablemente afecta la raíz S1 izquierda» más que un diagnóstico de mis dolencias del último mes parece una auténtica putada y más cuando amenaza la probabilidad de operación. Venga, Robert Smith, vamos a leer lo que dicen tus letras a ver si algo del nombre de tu grupo se me pega.

The Cure nunca ha sido exactamente de mis grupos «top» pero sí me han gustado bastante, especialmente sus singles. En los primeros tiempos de Danza Invisible escuchamos a rabiar su segundo LP, «Seventeen seconds» y posteriormente nos fuimos desligando de sus canciones poco a poco a medida que iban sumergiéndose más y más en sonidos que se nos antojaban demasiado oscuros. Posteriormente tuvieron un controvertido viraje al pop que al principio irritó a sus fans más integristas y a que a mí ahora se me antoja acertado, fíjate, a lo mejor algo parecido a lo que ocurrió con Danza Invisible entre «Música de contrabando» y «A tu alcance». Y luego, pues bueno, sacaron un disco magnífico, «Disintegration», y ya les seguí menos aunque canciones como «Friday I’m in love» demuestran que su talento para hilvanar grandes melodías pop seguía intacto.

Y ahora me doy cuenta de que el objetivo de este artículo se ha dispersado. ¿De qué tratan las canciones de The Cure? Pues de lo mismo que tratan las de todo el mundo, de amor, ¿qué te creías?, aunque como ocurre en muchos casos lo importante no es el tema sino el enfoque. A Robert le gusta mucho la palabra «beso»: «Just one kiss», «The kiss»; obviamente también la palabra «love»: «The lovecats», «Love song», la mentada «Friday I’m in love», y la imaginería misteriosa de lluvia, jardines colgantes, sombras y hombres araña. Son textos retorcidos en muchos casos y con un punto gótico que los entronca directamente con las películas de Tim Burton, del que no me extrañaría nada que fuese fan de los Cure, nada más hay que verle la pinta. Uno se imagina que Robert Smith tuvo que ser uno de esos críos inadaptados en el instituto que presumiblemente era blanco de las burlas de los chavales guapetes y atléticos que se dedicaban al fútbol o al rugby. A lo mejor ya desde pequeño le daba por disfrazarse, pintarse los labios y cardarse el pelo mientras soñaba con algún día epatar al personal desde el escenario, ¿quién sabe?

Pues la verdad es que me estoy pasando un buen rato repasando sus textos y en algunos casos volviendo a poner temas que hace tiempo no escuchaba. Los letristas eficaces que utilizan las palabras en función de la melodía son tan válidos como los grandes autores que podemos llamar «poetas». Y Robert Smith es un autor personal (aún con sus deudas a New Order) que envejece mucho mejor que otros.

 

«La música es la droga»: después de la escucha nostálgica de The Cure me ha dado por recuperar el único y extraordinario álbum que publicó Rockpile, el supergrupo formado por Nick Lowe, Dave Edmunds, Billy Bremner y Terry Williams, «Secons of pleasure». «Segundos de placer», qué bonita definición para la música pop. Exactamente lo que necesito ahora.