Han sido, en global, mis mejores conciertos del año. Ahora mismo todavía ando eufórico por la actuación de Torremolinos, posiblemente la mejor actuación que he realizado en solitario con la banda al completo. Ya era hora de que por fin se diesen todas las condiciones para hacer una buena actuación; me refiero a un buen equipo, un técnico competente, buen escenario y suficiente público. La gente de mi banda se lo merecía en verdad, porque desgraciadamente siempre les ha tocado bailar con la más fea. No se trata de comparar, pero no es lo mismo tocar un repertorio de éxitos de Danza que luchar con un repertorio bastante más desconocido y tener que defenderlo en sitios más modestos mientras parte de la peña no comprende que no toques «Sabor de amor». Por no hablar de que siempre es más difícil rodar una banda cuando las actuaciones son esporádicas. Por eso esta vez pongo un 10 a mis músicos y otro al público, que sabía perfectamente lo que iba a ver.
También tuvimos que hacer cuatro bises en la Estación de Salinas, a comienzos de mes. Ese fue el típico concierto estupendo lastrado en parte por una sonorización defectuosa. Menos mal que la gente estuvo de la hostia y nos apoyó desde el principio. Muchas gracias otra vez, claro.
Por cierto, qué mes más bueno de público. He llenado en casi todos los bolos. En los tres acústicos inclusive. Y mola porque me tengo que estrujar las neuronas para entretener sin recurrir a la «marcha». ¿Cómo? Escogiendo un repertorio más proclive, alterando arreglos, sustituyendo dureza por sutilidad. De verdad que hay temas como «Pegado a u cuerpo» o «Besos al aire» que brillan muchísimo en este formato. Destaco especialmente la actuación que hicimos en El Ejido por el trato fantástico de la gente de la sala, amigos para el futuro y tipos nobles donde los haya.
¿Y Danza? Pues llegando al final del verano en el mejor momento. A mí me encantó el de Arganzuela, donde estuvimos a nuestras anchas y rodeados de amigos músicos, con un ambiente fenomenal. El de Pozuelo seguramente tampoco estuvo nada de mal, aunque puede que yo saliese un poco acelerado, cosa que todavía me pasa de vez en cuando cuando tengo ganas especiales de agradar. Joder, a ver si me entero ya de que estoy mejor cuando me contengo un poco y chillo menos y canto más. Alardes vocales los precisos, que si no es un coñazo. Ah, el de Elda, donde antes salí a cantar de invitado de mis amigos Los Rebeldes, iba de fábula hasta que empezó a llover. Qué putada, era nuestra única actuación del año en Alicante, donde siempre nos han tratado genial.
Otra cosa, habréis observado que he dejado temporalmente de trabajar con la prensa escrita. Me ha dado un poco de pena porque me encanta, pero necesito algo de tiempo, especialmente ahora que colaboro con Canal Sur Radio todos los sábados sobre las 11’05 dentro del magazine «La calle de en medio» dirigido por Inmaculada Jabato para toda Andalucía. Curiosidades varias sobre pop andaluz, en resumen. Y con este escriba haciendo de erudito y destacando lo que le entusiasma. Aunque ahora me acaban de encargar un artículo sobre poesía y música en España para un libro que editará «Litoral» no sé cuando y…Al final no paro, coño.
Insisto, estoy muy contento. De haber grabado lo de Torremolinos tendría un maravilloso disco en directo con material inédito en vivo. Algo como hicimos los Danza con aquel mítico «Directo».