Foto: Javier Ojeda, Anni B Sweet, Zenet, Antonio Torres, Diana Navarro, El Kanka, Laura Insausti y Salva Reina expresan su apoyo a esta movilización.
Artistas y técnicos del sector del espectáculo salen a la calle para protestar por el «abandono» de las administraciones y un trato «discriminatorio»
No será una manifestación al uso: mantendrán las distancias de seguridad, se tomarán la temperatura al llegar, no habrá más de 600 personas, llevarán gel hidroalcohólico en las manos y se cubrirán con mascarillas los rostros. Una convocatoria ordenada y segura, como los eventos que quieren seguir realizando. Los trabajadores de la cultura salen hoy a las calles de todo el país para reclamar el rescate urgente de un gremio «hundido» por la pandemia y «abandonado» por las administraciones del que dependen unos 700.000 empleos directos e indirectos. Artistas y técnicos del espectáculo de Málaga se suman a esa llamada de atención con una movilización que saldrá de la plaza de la Marina hacia la Merced a partir de las 20.30 horas. No estarán allí todos los que son, algunos tienen compromisos profesionales y otros residen fuera de la ciudad, pero juntos levantan la voz con un mensaje común: la cultura es «segura» y «necesaria».
Con hashtags como #AlertaRoja y #hacemoseventos, la recién creada plataforma Movilización Unida de Trabajadores del Espectáculo (MUTE) ha conseguido aglutinar a un sector disperso y heterogéneo que rara vez se manifiesta unido por sus derechos. Pero ahora, dicen, están «al borde del colapso» con fuertes restricciones que imposibilitan la celebración de espectáculos. «Es una cosa grotesca que tengas que actuar en el Cervantes para 200 personas y el Ikea esté ‘petao’. Hay un agravio comparativo gigantesco», apunta Javier Ojeda, que leerá el manifiesto en la plaza de la Merced. «Parece que en este país se fomenta el beber y comer, pero que ni se te ocurra ir al teatro. Como si la Covid se viniera arriba si te atreves a disfrutar de la cultura», lamenta Laura Insausti, líder de Dry Martina. «El sector está hundido», añade.
«En este país se fomenta el beber y comer, pero que ni se te ocurra ir al teatro. Yo no quiero una paga, yo quiero poder trabajar»
LAURA INSAUSTI
«Hemos de demostrar que somos un gremio, que no somos bufones que llevan a cabo un producto artístico solo por amor al arte»
ANTONIO TORRES
«Lleva muriéndose desde hace meses», apostilla Anni B Sweet. La cantante y compositora no entiende esta «discriminación» cuando se ha demostrado que el gremio cumple «de forma estricta» con todos los protocolos de seguridad. «No podemos dejar que la pandemia, las malas decisiones y la inacción acaben con nuestra cultura», sentencia. Igual que otros sectores se han adaptado a la nueva normalidad, también la cultura quiere poder hacerlo. «No tiene sentido cortar de raíz cuando estamos dispuestos a hacer las cosas con cuidado», reflexiona el músico y productor Roberto Cantero. La cultura, asegura Diana Navarro, está siendo «ejemplar».
Zenet se manifestará en Madrid «por un ministro de Cultura inexistente». «Creo que nos han colocado un ministro de Transporte en un ministerio de Cultura. Los trenes y los aviones siguen llenos, y gracias a él nos están cerrando todos los conciertos», critica. Para Ojeda todo se fue a pique «desde el día aciago día en el que José María Aznar decidió juntar los ministerios de Deporte y Cultura».
«Me manifiesto por un ministro de Cultura y unas medidas inexistentes, y por el abandono absoluto del sector»
ZENET
«Se ha demostrado ahora una cosa que está clara desde hace mucho tiempo, aquí a la cultura no se le tiene ningún respeto»
EL KANKA
Esto, dice El Kanka, «se veía venir». «Se ha demostrado ahora una cosa que está clara desde hace un montón de tiempo, que aquí a la cultura no se le tiene ningún respeto. No se considera una cosa valiosa, la sensación que da es de abandono absoluto», asegura el cantautor, de bolo hoy en Ibiza. Él ha podido seguir trabajando, pero sus músicos se han quedado atrás.
Para el barítono Antonio Torres, que estos días ensaya en Málaga ‘Un Manojo de Zarzuela’ (este domingo en el Cervantes), esta acción debe servir para demostrar que los trabajadores de la cultura son un gremio que existe como tal. «Que la sociedad sea consciente de que no somos bufones que llevan a cabo una manifestación o un producto artístico solamente por amor al arte. Y que del aplauso o la palmadita en el hombro no se come», argumenta. Exigen por eso «ayudas reales» para lo que consideran «un bien de primera necesidad», señala Salva Reina, ahora en pleno rodaje en Madrid.
«Somos un gremio muy injustamente tratado por el Gobierno desde que Aznar juntó los ministerios de Deporte y Cultura»
JAVIER OJEDA
«Estamos alzando la voz para reclamar ayudas reales y que la cultura sea un bien de primera necesidad»
SALVA REINA
El objetivo de la manifestación es instar al Gobierno y a las administraciones públicas a tomar medidas urgentes y a crear de forma inmediata una mesa sectorial adaptada a las características de un oficio afectado por la estacionalidad y la intermitencia. Con un problema añadido: «No nos contratan por el régimen del artista, la única manera que tenemos de cotizar», indica Marcos Grimaldi, delegado de AMPE (Asociación de Músicos Profesionales de España) en Málaga. El año pasado, por ejemplo, solo tuvo seis altas cuando trabajó durante todo el año como músico profesional; una realidad que le impide acceder a las ayudas.
En la misma situación crítica se encuentran los técnicos, los que encendieron la chispa de esta movilización, a los que emplean por eventos o bajo el régimen de autónomos. Sebastián Pinazo, técnico de iluminación y delegado de MUTE en Málaga, cuenta que este verano ha tenido un 90% menos de actividad. «Y el problema no es ahora, que la gente tira con lo que tiene guardado, lo peor vendrá en invierno», vaticina.
«La cultura no solamente es segura, es ejemplar y muy necesaria en estos momentos tan difíciles que estamos viviendo»
DIANA NAVARRO
«No podemos dejar que la pandemia, las malas decisiones y la inacción acaben con nuestra cultura, que es de todos y necesaria»
ANNI B SWEET
Para impedirlo, desde MUTE solicitan la reactivación de las agendas de eventos públicos, ayudas a quienes acrediten una disminución de ingresos del 50% y la aplicación de un IVA reducido a los sectores vinculados a la industria del espectáculo y eventos. Para los autónomos se pide la prórroga de la prestación especial por cese de actividad y para las empresas la recuperación de los ERTE por fuerza mayor total con exención de las cotizaciones hasta que sea posible trabajar con el 100 por cien del aforo. Y así hasta 14 puntos clave para que el virus no acabe con el sector.
La reducción de aforo provoca una cancelación y un aplazamiento en el Cervantes
Las restricciones de aforo provocan las primeras bajas en el Teatro Cervantes, limitado durante septiembre a solo 200 espectadores por función. El presentador y humorista Manu Sánchez ha cancelado las dos fechas previstas de ‘El gran emigrante’ ( 23 y 24 de septiembre en el Teatro Cervantes). Además, la zarzuela ‘La del manojo de rosas’, que iba a representar el Teatro Lírico Andaluz el domingo 27 de septiembre, se ha aplazado al jueves 5 de noviembre, a la espera de que las restricciones se relajen. La actual reducción de aforo (apenas un 20% de la capacidad total del Cervantes) hace inviable la continuidad de los espectáculos programados a taquilla. Sobre todo cuando mueven a alrededor de 80 personas en escena, como es el caso de la zarzuela.
El importe de las entradas vendidas por Internet y teléfono del espectáculo de Manu Sánchez se devolverá automáticamente en la cuenta con la que se hizo el pago. Los tiques adquiridos en taquilla podrán ser devueltos en las mismas hasta 15 días después de la fecha de cada uno de los pases. Por su parte, las localidades ya adquiridas para ver al Teatro Lírico Andaluz serán válidas para la nueva fecha. Los espectadores que no puedan asistir a la nueva función y que hayan adquirido sus entradas por teléfono o internet podrán solicitar la devolución en el correo jguzman@teatrocervantes.es; aquellos que las hayan comprado en las taquillas podrán devolverlas allí mismo.
(Regina Sotorrío para Diario Sur).