El ritmo se mantuvo durante las cerca de cinco horas que duró el espectáculo, en el que participaron grupos como La Frontera, Los Manolos, Tam Tam Go o Tennessee
«Supongo que ustedes aún no están listos para esta música, pero a sus hijos les encantará», dice el protagonista de ‘Regreso al futuro’, ante un público desconcertado, tras tocar en 1955 un tema que aún no se había creado. Cada generación comparte una cultura que la define. La de Marty McFly era la época de los primeros videojuegos, las hombreras y la revolución sexual. Todo aquel imaginario ochentero tenía también una banda sonora propia: Michael Jackson o Queen a nivel internacional; Los Manolos, La Frontera o Tam Tam Go en España. De esta música disfrutaron los más nostálgicos la noche del viernes en Málaga. Porque, aunque el calendario marque septiembre de 2023, la ciudad se transportó a los años 80 con la fiesta de la gira ‘Yo fuí a EGB’, en el Autocine CesurFP.
El ritmo no se detuvo ni un segundo a lo largo de las cerca de cinco horas que duró el microfestival. Nueve conciertos en total: Sabrina, Boney M, La Frontera, Javier Ojeda, Vicky Larraz, Tennessee, Tam Tam Go, Los Manolos y Orquesta Mondragón. Y un espectáculo conducido por el humorista José Corbacho que, entre actuación y actuación, amenizaba las esperas invitando al público a recordar películas, anuncios, momentos icónicos, chistes y frases típicas ochenteras. También hubo espacio para evocar los dibujos animados de la época. Entre los asistentes, los afortunados que conservaban el pelo, peinaban canas. Pero todos cantaban con efusividad la sintonía de La abeja Maya. (…)
Javier Ojeda, de Danza Invisible, no puede ser más exacto para cantar ‘El fin del verano’. Cuando toca ‘Sabor de amor’, sube a algunos seguidores al escenario y los invita a bailar con él. Lo mismo hacen los integrantes de Tennessee, uno de los grupos versátiles de su generación que dan uno de los números más variados de ‘Yo fui a EGB’. El encargado de cerrar el ‘show’ es Javier Gurruchaga. Pálido, místico como siempre. Viste una chaqueta de traje con estampado de vaca, sombrero blanco y gafas de sol. Invade el escenario, desatado. La euforia va menguando a medida que avanzan los temas, pero mantiene encandilados a los espectadores que han aguantado hasta casi las tres de la madrugada para escucharlo. No decepciona. (…)
(Ángel Gallardo para Diario Sur).