Mientras escribo estas líneas ando de tremenda resaca, por lo que seré breve. Empecemos por el principio…
Ya la alcaldesa me había avisado un par de semanas de que nos iban a distinguir con ese premio, el más importante que se otorga en el pueblo. A mí me hizo ilusión, qué queréis que os diga, porque como debéis conocer estuve prácticamente vetado durante 12 años en el municipio por motivos que ya me cansé de explicar, ¡como si fuese normal castigar a alguien por pensar distinto que el regidor en según qué cuestiones! Pues sí, amiguitos, así es la política, el mismo partido que me ha vetado promueve ahora la máxima distinción para nosotros. Estoy lejos de sentir rencor alguno por esto, afortunadamente soplan vientos nuevos en la localidad y pienso que para ellos es una manera de reparar una injusticia histórica. Matizo: ningún municipio tiene la obligación de contratarnos, pero sí que cabrea saber que no lo hacen a posta por algún tipo de represalia friki, así era nuestro ex-alcalde, ahora denostado por lo suyos.
Ya está, no voy a hablar más de esto. El caso es que anoche apenas pegué ojo, pero no por esto, resulta que antes del acto tenía un juicio contra el sinvergüenza que lleva sin pagar a mi madre desde hace más de siete meses (y que aparte había amenazado a mi hermano con destrozarnos el local) y el ponerme en modo agresivo me cuesta dios y ayuda, he de casi hacer un tipo de preparación previa para que no me coman. Pues nada, resulta que el tipo no se presentó y para colmo mandó un abogado suplente que vino a darnos la razón en todo sin ningún tipo de excusa y me quedé como flotando, absolutamente relajado. Luego vino el acto en el ayuntamiento y me iba poniendo contento al ver que conocía a varios de los premiados, iba saludando a varios políticos y gente variada del ayuntamiento, todo el mundo nos felicitaba…
Fantástico el discurso de la alcaldesa, que para nada parecía rancio sino todo lo contrario: aglutinador, progresista, reivindicando el carácter absolutamente libérrimo del municipio. Y yo aproveché para dar las gracias a TODAS las fuerzas políticas, que votaron por unanimidad que se nos concediese tamaña distinción, y luego me vi envuelto en la vorágine: cervezas, charla con el concejal de cultura para ir ideando proyectos, presentaciones varias, mi hermano Jose charlando de arquitectura con unos y otros, después nos bajamos a la Cervecería La Fuente, donde nos dieron de comer (y beber) estupendamente, un amigo que medio se desmayó pero todo quedó en un susto, luego nos fuimos al centro y empecé a cantar en plena calle con René, un amigo que estaba haciendo de músico callejero. No sé cómo llegué a casa, solo sé que Gema me prohibió coger la moto con buen criterio y me quedé frito tipo las 22:00, al parecer no paraba de hablar en sueños.
Me hacía falta un día como éste, ha sido un año fantástico en lo profesional pero nada fácil en absoluto, soy un tío muy sensible y han sucedido varias cosas que me están afectando muchísimo emocionalmente. Ayer me puse la camisa de mi padre para recibir el premio. Y sí, sentí que estaba conmigo.