Todo lo que he realizado en el mes de febrero han sido una especie de aperitivos para una campaña que se prevé intensísima. Comencé el año como parte de la troupe de «La leyenda del bolero» asumiendo el papel de vocalista principal, aunque este evento realmente no fuese mío, sino del trompetista Víctor Vallejo. Lo mejor de esta experiencia ha sido acostumbrar mis maneras vocales a otro formato musical que poco tiene que ver con el que me muevo habitualmente, y lo mismo puedo decir del concierto con la Orquesta de Cámara de la Universidad de Málaga. Me siento como en un momento de inflexión en mi carrera y necesito probar con otros estilos. ¿En qué estoy ahora metido? Bueno, creo que lo ideal es remitiros a este artículo que me publicó la revista Efe Eme http://www.efeeme.com/en-casa-de-chucho-valdes/ donde doy cuenta de algunos de mis futuros proyectos, porque lo que ahora deseo es dedicar unas líneas a dos pueblos cuya gente me ha llegado al alma: Montilla y Lorca. Dos localidades no especialmente bellas pero cuyos habitantes tienen la calidad humana más grande que uno haya podido ver.
Montilla comenzó a formar parte de mi vida hace unos 4 o 5 años, cuando el periodista Manuel Bellido me invitó a dar el discurso de bienvenida del vino nuevo en las Bodegas Cabriñana. Allí conocí al dueño de las bodegas, el bueno de Pepín y su encantadora esposa Maripy, junto a una pléyade de personajes locales (Pepe Pino, Antonia, Antonio Jesús y el resto de componentes del grupo Reunión, toda la peña de «Los Romanos», la gente de La Abuela Rock, etc.) que han pasado a formar parte de mis amistades para siempre. Y bueno, allí ideé el libro de la «Historia del Pop Malagueño» y creé un vínculo para siempre con el mentado Bellido, posiblemente la persona más noble con la que uno se haya topado. Este mes pasado he estado allí tocando por el empeño de Rafa Polonio, un seguidor de toda la vida que se emperró en que fuese para allá de cualquier manera. Seguramente la acústica no fuese la más idónea para un concierto desenchufado, pero uno no puede menos que conmoverse por la pasión que Rafa le echó al asunto. A propósito de Rafas, ha sido la primera vez que toca conmigo en acústico Rafa Salas, ex-componente de Motel Caimán, y estuvo más que correcto. La buena noticia que hoy tengo que daos es que regreso a la localidad cordobesa en octubre, con un espectáculo de los míos que se llamará «Las canciones del vino» y que con seguridad recalará también en alguna otra bodega cercana. Antonio Jesús me ha dicho que deje en sus manos la promoción del evento y sus palabras son órdenes para mí. Por cierto: voy acompañado del Trío del Saco por lo que preparaos para una noche intensa de rock y blues, he dicho.
Lo de Lorca me ha dejado sin palabras. La cosa sucedió más o menos así: andaba por casa de Miguel Paredes haciendo no sé qué y me plantea la posibilidad de grabar la canción. Mmm, al principio la escucho y veo que es un tema de corte melódico, no muy de mi estilo, pero me convenzo rápidamente cuando me explica todo lo que él ha vivido en Lorca cuando estuvo de visita, invitado por Pepe Munuera, el compositor del tema. Y oye, es que resulta que media ciudad sigue en estado de semi-ruina, a pesar de que se ha avanzado mucho recientemente. Es como si una vez pasada la atención mediática todos le diésemos la espalda a un pueblo que necesita de nuestro apoyo, porque desgraciadamente, aunque se recibieron muchísimas ayudas, una buena parte de los fondos se perdió entre intermediarios y facinerosos. ¿Puede haber algo más ruin que comerciar con la caridad? Para mí lo asombroso fue que lo que para mí fue un ratito delante del micrófono se convirtió en algo emocionante para Pepe, el compositor, y todos sus amigos, gente fantástica del ayuntamiento, de la Cruz Roja, de todos lados. En mi visita a la ciudad estuve por la mañana en Apandis, una escuela para niños con discapacidad intelectual, en la que por poco salgo a lágrima viva al ver todos los regalos y las sorpresas que me tenían preparadas. Y por la noche…bien, lo que iban a ser unos cuantos temas tras la presentación del video se convirtió en prácticamente un concierto en toda regla, con toda la gente pidiendo una tras otra y nosotros -Miguel, Rafa y yo- henchidos de orgullo de sentirnos apreciados. Uno de esos días en los que te sientes realizado y piensas que oye, a lo mejor sí que es verdad que eres buena persona. Y al igual que pasa con Montilla, ¡resulta que regreso! Pues sí, parece que una asociación de allí ha conseguido que Danza Invisible en pleno esté allí presente en el mes de abril, ya ando impaciente de ver a mis amigos.
..Y hablando de Danza Invisible, por fin tenemos el disco del concierto del 30º Aniversario a punto, por lo cual contad unos 40 o 50 días a partir de ahora para su edición. Ha sido un poco laborioso llegar a un consenso, porque a Warner le interesaba editar también en audio el concierto, cosa que a mí en particular no me hacía mucha gracia. ¿Por qué? Pues porque ese concierto no estaba concebido como «disco en vivo», y lo que funciona visualmente no tiene porqué tener el mismo sentido desprovisto de imágenes. Y además, ¿un triple CD en el que aparezca dos veces la misma canción, más la del DVD? En fin, también comprendo a los de Warner que desean ofrecer algún aliciente extra a los posibles compradores, claro está. Solución salomónica (y en mi opinión, acertada): se edita un doble CD de recopilación más el DVD y otra edición más sencilla, incluyendo el CD de audio del concierto más el DVD. Título: Danza Total, ¿a que mola?
…Y por mi lado he de decir que ando en racha, sí. Me están saliendo canciones y siento que ha vuelto la inspiración compositiva, seguramente debido al subidón de energía de reencontrarme con alguien con tantas ganas como Daniel Amat, pianista presente en «Pura Danza» con el que compuse «Sin ti», de los mejores temas de «Polo Sur». Voy a madurar lo nuevo que grabe, de hecho planteo finales de año para mi nuevo mogollón-espectáculo, prepárense valientes. Ah, el mes que viene os cuento cosas de la BSO de «321 días en Michigan», vaya si está siendo laborioso el asunto. Bonito pero laborioso. Como dice uno de mis nuevos temas, musiqueando hay que poner banda sonora a la verdad.