A finales del extenuante año de 2022 Javier Ojeda, con ya 96 conciertos encima (acabarían siendo 104) se dispuso a acometer un encargo del Área de Cultura de la Diputación de Málaga: se trataba de recrear parte de su repertorio acompañado por la Orquesta Sinfónica Provincial en un concierto conjunto con la artista Dry Martina en el Centro Cultural María Victoria Atencia.
Aquel 19 de noviembre Ojeda se sentía como en casa, porque ya había hecho en años anteriores actuaciones acompañados por orquesta, pero esta iba a ser la primera ocasión en la que él escogiese íntegramente su repertorio y además impuso como condición contar con el pianista-arreglista José Carra, un músico extraordinario con múltiples grabaciones en su haber. El director de la orquesta fue Rubén Díez, otro de estos talentos de currículum apabullante, y con estos mimbres estaba claro que el resultado final iba a ser espléndido. Las invitaciones que el Área de Cultura puso en circulación se agotaron a los dos minutos.
Estas dos canciones son clásicos del repertorio de Javier Ojeda que cobran ahora nueva vida con tan suntuoso ropaje. Su voz se muestra firme, segura, parece estar hecho para montárselas de crooner en la lectura de “Diez razones para vivir”, con pespuntes de swing. Pero lo de “Yolanda” entra dentro del terreno de los vellos de punta, resulta que interpretó la canción sabiendo que a su autor, Pablo Milanés, le quedaban horas de vida, porque se lo había comentado el día anterior su amigo Chucho Valdés. Fue tal la emoción que puso a la interpretación que el público, arrebatado, se puso en pie para pedirle que la hiciese otra vez. “Ya no sé si me saldrá igual”, comentó, a lo que el director de orquesta Rubén Díez contestó: “No, la vas a hacer aún mejor”. Esta es la versión que ahora podéis disfrutar.