Políticos (hasta los mismísimos…)

Por fin acabaron las puñeteras elecciones. Espero que a partir de ahora exista otra cosa en el mundo que los caretos de los candidatos de uno u otro partido. Tiene algo de obsceno las fortunas que se gasta esta gente en publicidad, ¿no es verdad? Dios mío, la de cosas que se podrían hacer con ese dinero.

Aquí en Andalucía sólo hemos tenido municipales, y ya ha sido un tostón de narices, lo aseguro. Yo, por mi parte, recibí la invitación de presentarme por Los Verdes de manera honorífica, al igual que hiciese hace cuatro años, pero decliné la oferta. Uno de los motivos es que ya no estoy censado en Torremolinos, por lo cual tampoco conocía a la gente que se presentaba, y otro, y el fundamental, es que pienso que, por lo general, música y política no deberían ir unidas. ¡Alto! He dicho por lo general, ¿eh? El motivo de que la vez anterior me implicase en una candidatura era que tenía ganas de soltar a los cuatro vientos cuán preocupado estaba por la destrucción de nuestra costa, de nuestro entorno natural. Soy malagueño y realmente me duele ver cómo gran parte de nuestro casi- paraíso natural ha sido destruido por especuladores insensatos y politicuchos corruptos. Creo que no hace falta recordar lo de Marbella, ¿no? Vamos, que votar verde aquí no parece un disparate, aunque si observamos los resultados actuales que han tenido es para echarse a llorar…Aparte de todo, me encantó utilizar la momentánea notoriedad que alcancé por mi implicación política para clamar contra la barbaridad de nuestra participación en la guerra de Irak. Y tampoco creo que haga falta recordar cómo andan las cosas por allá……

Bueno, el caso es que ese año recibí un premio por mi defensa de los derechos humanos a cargo del colectivo COLEGA (Colectivo de gays y lesbianas). Todavía estoy orgulloso de ese reconocimiento que se me hizo por no callarme, por decir a las claras lo que muchos pensaban pero pocos se atrevían a decir por miedo a represalias. Y lo más curioso de todo es que el premio me lo entregó Francisco de la Torre (PP), alcalde de Málaga. ¿Premio por poneros a parir? La política, siempre rastrera y oportunista. Ahora bien, también he de decir que, por lo demás, el señor De la Torre me parece un tipo elegante y educado, muy en la línea de un Gallardón.

Pero lo que realmente me jode de la vida política española actual es el “conmigo o contra mí” que se instauró desde entonces. Es como si estos politicuchos hubiesen triunfado apelando a nuestros bajos instintos, algo así como la telebasura. Ha llegado un momento en que la gente defiende a muerte a su partido aunque algo que estén haciendo sea algo verdaderamente atroz y alejado de sus principios. Demonios, la política jamás debería ser como el fútbol, donde uno defiende a su equipo “manque pierda”, ¿no? Y aparte, ¿es que si no estás de acuerdo con algo que hace uno necesariamente eres del otro (o del Barça o del Madrid, o del PSOE o del PP)? Qué cortitos pueden ser algunos.

 

En fin, escribo estas líneas francamente asqueado de ver que la mayor parte de candidatos municipales que estaban inculpados por algún delito urbanístico han vuelto a ser elegidos. El pueblo, desgraciadamente, no siempre es sabio. Y si Gil viviese puede que fuese elegido otra vez, sin duda.

 

Hablemos de algo más agradable: tengo una sorpresita para los fans del «Pura Danza». Se trata de una versión de marzo de 2002, la que llamaríamos «segunda edición». El tema surgió 3 o 4 meses antes, y hubo una pre.maqueta con Ricardo Santander (co-autor del tema) y Toni Romero, grabada en mi casa. Lo que ahora podéis escuchares el resultado de una jam, también casera, con el añadido de pianos de Daniel Amat y percusiones de Luis Espinosa, que militó brevemente en las filas de Danza. También hay toques de eléctrica de Isaac Aguilera, con quien andaba también trabajando por entonces. A lo largo de las actuaciones del Tercer Mundo se acabó de perfilar la estructura, y ya cuando nos decidimos a grabarla con Danza Invisible se retocó la letra de Ricardo con bonitos añadidos de Antonio de la Rosa. Uf, una canción jodida de sacar adelante, pero me sigue encantando.