Reflexiones estivales

Mientras escribo esto estoy en la prueba de Ángela González en la Playa del Ángel, un sitio idílico donde Daniel Casares y yo organizamos el mini-festival “La Movida Flamenca “. Nuestro técnico contratado, Josema Blanco, me explica cómo se ha de sonorizar correctamente el cajón flamenco, instrumento al que injustamente tengo cierta manía. Ahora llegan los músicos de Julián Bedmar, el y Ángela son los artistas emergentes -una de pop y otro de flamenco- contratados para este festival cuyos cabezas de cartel son Diego del Morao y Pedro Guerra.

Al lado de lo del Fulanita Fest esto es pan comido, estoy hasta relajado y me encanta lo de promocionar nuevos talentos y contratar artistas que me gustan. Me viene a la mente todo el follón de los últimos meses y oye, respiro. A partir de ahora, solo a tocar, Javier.

Y a grabar. Pero eso para mí no es trabajo, es un motivo de alegría ver lo que me sigue ilusionando registrar cosas nuevas. Si sigue la cosa tal y como va en octubre lanzamos adelanto del nuevo álbum que se llamará “Incorrecto”.

Mañana mismo vuelvo a la actividad en directo en Villanueva de la Reina (Jaén) y comienzo a estar completamente a gusto con el repertorio escogido. Este par de meses atrás he estado probando a rescatar cosas antiguas de Danza que raramente hacíamos en directo y digamos que me he quitado una espinita, finalmente he retrocedido al planteamiento inicial de este año y sí, estoy seguro que funciona. ¡Además tengo más fondo de armario!

Una cosa os digo: grabaciones aparte, los días libres que me queden entre bolo y bolo voy a aprovechar que vivo en un lugar en el que la gente veranea. Y voy a intentar ejercer de dominguero, o sea, ir a la playa, hacer algo de deporte y también disfrutar de chiringuito, comilona y gin tonic. Ya me toca.