Sobre las estrellas cantantes

Hace poco nos pidieron permiso para incluir el tema “Sin aliento” en un film mejicano de bajo presupuesto. ¡Pues claro que sí! De hecho, me queda la espinita de lo poco que se ha fijado el cine español en nuestra música; apenas un par de canciones en sendas bandas sonoras y para de contar. Con la ilusión que me haría, por ejemplo, cantar el tema principal de una película, emulando los grandes momentos de la interrelación cine-música…ahí dejo caer el guante a ver si alguien lo recoge.

¿Explicará eso el recelo que le tengo a los actores-cantantes? En absoluto, hombre, uno no es tan capullo, lo que pasa es que la tentación de cantar parece estar al alcance de cualquier famosete de tres al cuarto que no tiene en cuenta que, a lo mejor, el bel canto no el lo suyo. Por lo que respecta a los actores españoles, tenemos el ejemplo sonrojante del disco de Victoria Abril y otras naderías tipo Fran Perea, pero para ser sinceros la verdad es que lo de Najwajean y Marlango no está mal, sobre todo para como está el patio. Sólo una pregunta maliciosa: ¿por qué a los actores les da por ponerse cool y sofisticados cuando hacen música? Respuesta probable: porque desean hacer ver que no son unos advenedizos, que son “buenos” de verdad. O porque son unos pijos, dice un colega mío. Uy, mejor dejamos de dar caña a ver si les da por contraatacar con Coque Malla y Dani Martín y ya la hemos liado…

Pues ya les decía, ¡aquí todo el mundo es cantante! A poco que uno se hace popular, disco que te crió. Y no sólo actores, ojo, de hecho son de los que se suelen salvar, sino toreros, presentadores, pornostars, top-models…la lista es interminable y da, generalmente, para galerías de horrores como los discos de Jesús Vázquez y Jesulín de Ubrique, o los de Malena Gracia y Naomi Campbell, por ejemplo. Claro que también hay excepciones, especialmente cuando el intruso es bien dirigido por algún compositor-productor de talento que sabe sacarle partido; así tenemos a Isabelle Adjani, Brigitte Bardot, Richard Harris -éste era un gran cantante- o el caso más sonado, el de Carla Bruni. Reconozco que, grrrr, tragándome todos mis prejuicios, sus dos discos no están nada de mal, aunque también padecen del mal de la sofisticación lacia de quien quiere parecer interesante. Por cierto, ¿sabéis que Sarkozy quiere obligar a las compañías de internet a quitar la conexión a los usuarios que descarguen música ilegalmente? Posible conversación de alcoba: “Nicolás, cariño, ¡¡¡la gente me está pirateando!!!. “No te preocupes, pichoncito, que de eso me encargo yo que para eso soy el que manda en Francia.” Pues sí, tiran más dos tetas que dos carretas (con perdón por la expresión).

 

(Artículo publicado en ADN Málaga el 11-04-08)