La gira ‘Yo fui a EGB’ concentró a casi 10.000 personas en torno a los años 80
El público, que casi llenó el Pabellón Arena, disfrutó, cantó y bailó durante cinco horas.
BILBAO– Si creciste y viviste en los 80, seguro que cantaste y bailaste al ritmo de Chiquilla, El límite, Cuando brille el sol, Bailaré sobre tu tumbao Historias de amor. Todas sonaron ayer en Miribilla, en un Bilbao Arena que congregró a casi 10.000 veteranos nostálgicos que asistieron a la gira Yo fui a EGB, rieron los chistes, las evocaciones e imitaciones de Carlos Latre y lucharon contra la artritis con Seguridad Social, OBK o La Frontera.
Si tienes más de 40 y menos de 60 años, estudiaste EGB en los 70 y 80. Aunque tenga multitud de detractores, la nostalgia vende. Una de sus pruebas más evidentes es el fenómeno Yo fui a EGB, el blog de los bilbainos Jorge Díaz y Javier Ikaz reconvertido en operación millonaria tras libros, discos… y ahora una gira.
Su parada vasca puso ayer a prueba las caderas y rodillas de los veteranos asistentes, la mayoría mujeres, con algunos millenialsdespistados. El 95% ellos escribían sus trabajos en una Olivetti porque no existían ordenadores, consultaban enciclopedias para despejar dudas, en lugar de Internet, solo disponían de dos cadenas de televisión y el pezón de Milley Cyrus les dejó indiferentes porque el calentón lo vivieron con Sabrina en 1987.
La espera de la fiesta, que no concierto, fue amenizada por el Dream3Team, Djs que vendieron cientos de miles de discos con sus Max Mix. A las 19.15 horas, Latre, que ejerció de maestro de ceremonias, saludó al ritmo de Bienvenidos, de Miguel Ríos, a “los hijos de la EBG” y empezó el repaso nostálgico con los Madelman, las Nancy, Nocilla y la alineación del Athletic campeón.
Apoyado en tres pantallas enormes y un sonido nítido y potente, abrió fuego al guateque-karaoke de cinco horas el dúo Amistades Peligrosas, con Cristina del Valle al frente pero sin Alberto Comesaña, rescatando, a lo Pimpinela, pero con rollo calentorro Me haces tanto bien (”voy a ir al grano, te voy a meter mano”) o Africanos en Madrid, con sonido pregrabado.
Latre, entre guiños a Alf, Goenkale y Verano azul, y chistes sobre la finaciación del PP, sirvió de puente para OBK. El dúo, cuota electro-pop de la velada, caldeó el ambiente cuando Jordi Sánchez entonó El cielo no entiendee Historias de amor. “Cualquier pasado fue mejor”, cantó antes de dar paso de nuevo al humorista, que presentó un homenaje a Michael Jackson tras recordar salas bilbainas como el Yoko, el Bolos o Gaueko.
A TODO TRAPO La cita se acercó al concierto con la banda Rock & Roll Star, que ejerció de apoyo a Javier Andreu, de La Frontera, y calentó con su western-rock y clásicos como El límite a un público desbocado con Javier Ojeda, de Danza Invisible. El andaluz, en magnífica forma física y vocal, logró que 20.000 pies botaran al unísono con Sabor de amor. Y el postre lo puso Manuel España de La Guardia con sus fieles escuderos y el público, a coro, entonando Cuando brille el sol y Mil calles llevan hacia ti. Doctor Deseo, con una formación de circunstancias, convenció con Corazón de tango, Abrázame (con Aiora) y la sexual La chica del batzoki, mientras Pino D’Angió rescató la pista de baile de Aplauso a la hora de cerrar esta edición, a la espera de Toreros Muertos, Miguel Costas (de Siniestro Total) y Seguridad Social.
(Andrés Portero para Deia).