Javier Ojeda se ha definido a sí mismo en alguna ocasión como un «hiperactivo musical» y, después de casi toda una vida como vocalista de Danza Invisible, ha vuelto a demostrar esa faceta con su última creación, una «mambópera» que se estrena el 27 de enero dentro del Festival de Teatro de Málaga.
«Desde que hace diez años empezó a llegar la crisis al mundo de la música, creo que ha estimulado mis neuronas y mi imaginación de una manera salvaje», ha afirmado hoy a Efe Ojeda, que ha presentado el montaje en una plaza del malagueño barrio de La Paz, donde él se crió, y que da nombre al espectáculo.
Ha explicado que lo han llamado «mambópera» porque tiene «un importante componente de música latina», ya que estará acompañado en el escenario, además de las actrices de la compañía Caramala, por la banda Hispano-Cubans, con la mitad de sus integrantes de origen cubano.
«No es realmente un musical lo que vamos a ofrecer, ni tampoco es una ópera rock, porque no es rock. Lo de ‘mambópera’ nos hizo mucha gracia porque además sonaba como un juego de palabras con ‘man-bop-era’, la era del hombre bop».
Para Ojeda, «Barrio de La Paz. Una mambópera en tres actos» es «una pieza teatral con concierto», como si con su nueva banda llegara a la plaza del barrio para dar un concierto, y a partir de ese momento se muestra «lo que pasa en cualquier barrio normal».
Eso mismo ha ocurrido este mediodía a pocos metros de donde creció Ojeda, en la plaza Mozart, que está rodeada de calles que llevan nombres de otros compositores como Vivaldi, Chopin, Wagner, Beethoven, Ravel, Brahms, Haydn o Haendel.
Ante la perplejidad de los vecinos, ha irrumpido en la plaza junto a sus músicos para ofrecer varias piezas a modo de adelanto del espectáculo que se podrá ver en el Teatro Echegaray de la capital malagueña, mientras varias actrices de Caramala participaban infiltradas entre el público.
Algunos de los asistentes se han arrancado a bailar al son de los ritmos latinos, y curiosamente se han producido situaciones parecidas a las que se muestran en el espectáculo, como el caso de una vecina quejosa porque el volumen de la música no dejaba dormir a su hijo, que tiene que trabajar por las noches.
«Por mi peculiar forma de ser, me gusta inventar cosas nuevas, y también cuando uno lleva mucho tiempo en la música tiene que plantearse nuevos retos. Quiero sorprender a la gente y también tener nuevas experiencias, y ahora estoy como un niño pequeño, haciendo cosas que no había hecho en mi vida, y es fascinante».
(Un reportaje de José Luís Picón para la agencia Efe).