Nada es importante

A mí me encanta contar las cosas que estoy haciendo y lo que me sucede en general, me imagino que es una forma de ego. Este mes pasado ha sido muy fascinante y emotivo y andaba con muchas ganas de relatar mis peripecias. Pero…

Quería contaros que el día 3 hice mi último concierto con mi banda por ahora, en el que, maldita sea, me volví a lesionar del gemelo -o el sóleo, no sé bien- derecho, tengo que ir de una vez a un especialista. Que luego estuve con la banda de Rock & Roll Star en Cartaya (Huelva) y de allí a Zaragoza, donde me lo pasé en grande viendo a mi amigo el productor Nacho Serrano. Que un poco más tarde volví al Barco Ochentero donde creo que hice un muy buen show acompañado de La Poptelera, qué putada tener que bajarme al día siguiente en Génova y el largo periplo hasta llegar a Barcelona, donde alucina, creo que intentaron atracarme a la salida del hotel, y es que el SB Diagonal Zero está muy cerca del peligroso barrio de La Mina, curiosos contraste el que se ha creado en la zona con los edificios lujosos rodeados de bloques proletarios. Ah, pero me encantó volver a Barcelona y en el Love the 90’s se juntaron 30.000 personas entre los 3 escenarios, lo juro.

…Y que al día siguiente me fui a Onda (Castellón) para ensayar con la Orquesta Samvo, donde me hice amigo de todo el mundo. Y el jueves 17 no pude contener las lágrimas al recibir el Premio de Cultura del diario La Opinión de Málaga, al volver a ver a mis compañeros, siempre lo serán, de Danza Invisible y rememorar tantos bellos momentos vividos, de hecho pensaba dedicar el blog a esto. Y que regresé a Onda para el concierto con la Orquesta, compartido con Pablo Carbonell y Cómplices, otra experiencia maravillosa a pesar de las dificultades del traslado (por cierto, voy a mandar a Jose Cavero, el director, un whatsapp para que le dé recuerdos míos a la gente de la orquesta). El fin de semana pasado fui a Oviedo a recibir la distinción de Cofrade de Honor del Desarme, una fiesta gastronómica de interés turístico de cuya repercusión no tenía ni idea, allí me salí, me puse a cantar con un guitarrista, ebrio de felicidad y de agradecimiento, instantes que me hicieron olvidar temporalmente un marrón gordo que me surgió tres o cuatro días antes que he de solucionar y me tiene muy preocupado.

Pero nada es importante comparado con la magnitud de la tragedia que estamos viviendo y que nos toca muy fuerte por la proximidad. Tengo una pareja de amigos de Álora a los que la DANA ha destrozado su campo y se ha llevado su casa a ruedas. Llamé a Antonio de Danza, que vive cerca, y me dijo que estaban bien pero que el camino de acceso a su casa estaba cortado temporalmente. Antes de ayer en el acústico que hicimos para Canal Fiesta en Torremolinos seguía recibiendo noticias, mi amigo José Manuel Casañ de Seguridad Social me cuenta que a ellos no les ha pasado nada, pero que la riada se ha llevado su furgoneta con el equipo («hallada, menos mal, un poco magullada pero con el equipo intacto»). Ahora caigo en que he de preguntarle a Jose Cavero el director si está bien, ¡él vive en Valencia! Viendo las noticias no doy crédito. Y ahora caigo que nada es importante comparado con las pérdidas humanas y lo que se está viviendo muy cerca nuestra. Y que mi marrón es una idiotez comparado con todo esto.