El líder de Danza Invisible ultima los detalles de su último trabajo, ‘Barrio de la Paz actos II y III’
Javier Ojeda, con Miguel Paredes, El Kanka y Laura de Dry Martina, ayer, en el Moby Dick Studio.
Javier Ojeda se ha ganado un puesto de honor dentro del panorama musical nacional. Gracias a sus incansables 33 años discográficos puede permitirse abordar proyectos alternativos en los que exprimir todas sus facetas. Cuando el líder de Danza Invisible presentó el primer episodio del proyecto, Barrio de la Paz acto I, los incondicionales pudieron ver a un Ojeda que miraba a sus raíces y daba el salto a la interpretación en teatro. Ayer, Barrio de la Paz actos II y III recibió una puntada más de la mano de El Kanka, Laura, vocalista de Dry Martina, y Miguel Paredes, productor.
El Kanka llegó en bicicleta. Fue el primero en llamar a la puerta de Moby Dick Studio. Daniel Pineda, técnico en las grabaciones, recibió al cantautor alabando su puntualidad. Miguel Paredes y Laura hicieron acto de presencia casi al mismo tiempo. Cuando Ojeda entró en el estudio todo fueron saludos y abrazos de compañeros de profesión.
Para El Kanka, Ojeda es «mítico en Málaga y en España; me hace mucha ilusión estar aquí». El cantautor, a punto de presentar su tercer disco de estudio, dividía su entusiasmo entre «el punto friki de lo malagueño y el respeto que le tengo a un cantante tan importante». Laura, también al filo de la presentación del último trabajo de Dry Martina, ve a Ojeda como «un amigo». Por eso siempre «le decimos que sí a todo lo que nos propone». Ambos recibieron la invitación para formar parte del disco durante el último concierto de la pasada Feria, en el que participó Danza Invisible. Ante la petición, ambos respondieron: «Javi, lo que quieras».
Miguel Paredes participa en proyecto encargándose del «75% de la producción», en palabras de Ojeda. Sin embargo, ayer se sumó al micrófono para apoyar en las armonías. Daniel Pineda es el técnico habitual que acompaña a Ojeda, «de hecho compartimos habitación cuando vamos de gira», bromeaba ayer el técnico.
Dos canciones para cuatro voces. La que utilizaron para calentar fue La bomba, en cuyo estribillo se cruzan cuatro melodías, cada una con el estilo del cantante que la hacía sonar. Camino verde sí dio lugar a arranques solistas de El Kanka y Laura. En esta canción brota la protesta más ecologista de Ojeda.
Este trabajo narra el deterioro de La Costa del Sol, con canciones que llegan al público de manera diferente y más profunda, historia a historia, sin prisa. «En lo local está lo universal», explicó, refiriéndose a que «yo sólo puedo hablar de lo que he visto». Este trabajo discográfico nace de la «degradación de las playas; es una pena lo que han hecho desde Torremolinos a Fuengirola, pero lo peor es que parece que a nadie le importa».
Una de las constantes del líder de Danza Invisible es el elevado número de colaboraciones que hay en sus discos. «Me gusta que todo sea a lo grande», apuntó. En Barrio de la Paz acto II y acto III aportan su grano de arena artistas de la talla de Chucho Valdés, Yohany Suárez, Cris Navas, Oliver Sierra, La Mari de Chambao o José Marín, entre otros.
(Reportaje de FernandoTorres para Málaga Hoy).