¿Sabéis qué? Parece mentira, pero los años en que he tenido más galas no han sido los del esplendor comercial del quinquenio 1985-2000, sino los 4 últimos años de mi carrera, incluido éste. Ayer me dediqué a hacer un recuento y contra lo que podía esperarse, esos son los resultados. El año mejor de la década de los 80 fue 1989, tras la publicación de «A tu alcance», donde Danza Invisible realizó 73 actuaciones. El mejor registro de los 90 fue el de 1996, con 54 galas. En los 00 igualo este último registro en 2007, tras la publicación de «Polo Sur» y coincidiendo con el asentamiento de mi carrera paralela en solitario. Y en esta década de los 10 me encuentro con que las cifras no han dejado de subir, especialmente desde el 30º aniversario de Danza Invisible: 57 en 2012, 61 en 2013, 77 en 2014 y 84 tanto en 2015 como en 2016.
Es para estar contento, aunque lógicamente ya no me muevo en los cachés de antaño. Tampoco todos los conciertos son tan largos, los 73 del año 1989 fueron todos con Danza Invisible y con una duración no menor de 90 minutos, mientras que ahora hay un 40% de eventos en los que mi participación no excede los 45. Pero oye, entonces tocaba el mismo repertorio prácticamente una y otra vez (¡y era 29 años más joven!), mientras que estos años cambio de formato y temas a interpretar cada dos por tres, y todo esto necesita de ensayos variados y combinaciones de viaje sumamente complicadas en muchas ocasiones. O sea, que he entrado en los cincuenta como uno de los más firmes candidatos al título de «hardest working man in spanish show business«, parafraseando a James Brown. Sin hacer ruido, trabajo mucho más y mejor que otros artistas mucho más en el candelero, o más mediáticos.
A ver, esto no es nada si lo comparas con gente como mis amigos Miguelo Batún o Roberto Cantero, que deben superar el centenar de conciertos anual tranquilamente, pero sí que es raro en un vocalista digamos «consagrado» (como si ellos no lo estuviesen). También hay gente que prefiere «menos cantidad y más calidad», según ellos dicen, y artistas que solo giran en unos años concretos. Todas son opciones respetables, faltaría más, de hecho este año me planteé intentar tocar un poco menos y un poco mejor pagado pero no lo he conseguido salvo en algún caso puntual; la verdad es que no me importa cobrar menos si el proyecto me seduce artísticamente como es el caso de mi banda de solista, por ejemplo.
En definitiva, hasta la fecha llevo realizadas 60 actuaciones y en principio me quedan 25 por hacer, con lo cual la posibilidad de que este año supere el récord es tan probable como que España le gane a Liechtenstein. De hecho ya tengo la «cosilla» esa de decir que sí, que este año va a ser el que más bolos haga. Por ahora estas han sido o serán las galas, teniendo en cuenta que siempre puede salir alguna más o haber una cancelación de última hora:
-32 con Danza Invisible
-15 con la banda de Rock & Roll Star
-13 en solitario (banda completa)
-7 con el 1980 Pop Festival
-6 acústicos variados
-6 con distintas bandas base
-2 con la banda de La Guardia
-2 con Las Canciones del Vino
-1 con Los Rebeldes
-Torremolinos Funky Town
Sí que estoy contento, sí, porque independientemente de todo el caso es que me siguen llamando para actuar, eso está claro. Y es que por encima de la cantidad lo que debe prevalecer es la calidad de lo que ofreces, y yo hago lo posible para que esto sea bueno. (Gracias a Eva Nilsen por la instantánea).