Qué queréis que os diga, el año no ha empezado lo que se dice bien para nadie y yo desde luego no soy una excepción. Resulta que el domingo pasado… Bueno, empecemos por el principio.
Tengo mi canal de YouTube «Javier Ojeda» desde el 2014. Allí he empezado a poner todos los videoclips que he ido realizando a lo largo de estos años junto a tomas en directo, algún programa de televisión, montajes, etc. En el 2016, justo después de organizar el Festival Torremolinos Funky Town decidí abrir otro canal para subir los momentos estelares de éste y otros eventos organizados por mí, a este canal llamé simplemente «¡JO!» y contenía (y contiene) tomas en directo de este festival y otros, ningún videoclip.
El año pasado durante el confinamiento decidí usar este canal -también Instagram- para subir esas explicaciones que hago sobre el proceso de composición de varias de mis canciones, pensé que también sería buena idea aprovecharlo para ilustrar el proceso de grabación del disco nuevo. Lo que pasó fue que este canal llegó un momento que casi tenía más seguidores y actividad que el digamos, oficial. Por eso mi family no paraba de decirme, y con razón, que debería publicar todo en el mismo lado, porque a la gente la traía loca. Pue sí.
Así que el domingo pasado me puse a investigar sobre el asunto y busqué «como trasladar un canal de YouTube a otro con la misma cuenta» y vi que, albricias, era posible hacerlo, aunque te advertían que en el tránsito se perderían los comentarios del canal que fuese a trasladarse. Ay, un poco pena porque los videos de George McCrae sobre todo tenían una barbaridad de comentarios de aficionados al soul del mundo entero, pero bueno, era un mal menor. Venga, vamos a hacerlo y oye, además seguramente ganaré un montón de seguidores del canal ¿no? ¡Cómo no se me ha ocurrido antes!
Zas. Desastre. De pronto el cal principal, el «bueno», ha desaparecido. El canal secundario lo ha engullido por decirlo de alguna manera. «JO» es ahora «Javier Ojeda» y «Javier Ojeda» es NADA. Imaginaos mi impotencia, mi mosqueo, mis nervios, mi todo. 48 videos nada más y nada menos, varios de ellos con muchísimas visitas, ya no existen en la red. He mandado correos a YouTube, me he puesto en las mejores manos para intentar recuperar el canal pero ha sido imposible y ya parece que no va a poder ser. Me vais a llamar torpe, manazas y lo que queráis, pero os aseguro que en ningún momento YouTube te advierte que el contenido del canal receptor va a desaparecer, aunque parezca mentira siendo una empresa tan importante. Luego seguí mirando en otro lado y ya vi que no se pueden fusionar dos canales, pero ya era tarde. Según me ha dicho el amigo en cuyas manos me he puesto, los foros de YouTube están llenos de gente a la que le ha pasado los mismo.
Imaginaos cómo estoy de jodido. No es solo por el hecho de tener que volver a subir los videos, qué trabajera, es que algunos ya no los tengo y para colmo paso a tener visitas cero, lo cual es una putada profesional porque hay mucha gente que mira las visitas a la hora de contratar. Menos mal que tengo una trayectoria larga y contrastada, que si no… En fin, vaya mierda. He estado dos o tres días casi sin dormir y con un humor de perros, hacía tiempo que no me agarraba un berrinche semejante.
En fin, lo hecho hecho está y hay cosas mucho peores en el mundo. He dedicado la semana pasada a buscar cosas por casa y me he encontrado con algún material que desconocía que tenía, también puedo pedir los videos que no tenga a sus realizadores. Y empezar de cero también tiene su punto, sobre todo si uno es tan obstinado como yo. Así que ¡bienvenidos al nuevo cal «Javier Ojeda»! Desde hoy mismo voy a ir colgando videos diarios hasta llegar a tener más o menos lo mismo que tenía antes, todo partiendo del cero más absoluto, claro está. Este mes os voy a tener entretenidos amigos, ya podéis iros apuntando al nuevo canal. Que por cierto está en este enlace: https://www.youtube.com/channel/UCJtdCp4GgPdKstOtgY2rLuQ