Hace poco mi mujer, harta de esperarme para ver «Los amantes pasajeros» en Netflix. decidió ponerla por su cuenta. Es súper fan de Almodóvar pero ésta no le gustó ni pizca. Como en gustos sobre cine divergimos mucho más que sobre música imagino que la acabaré viendo sin ella, aunque me apetece mucho más «Julieta», sobre la que parece haber mucho más consenso. Ya, sé que esta se estrenó hace más de un año, con el cine voy casi siempre retrasado.
Me ha venido este asunto a la mente porque estoy seguro que todo el ruido mediático sobre la implicación del cineasta en «los papeles de Panamá» le hizo un flaco favor al estreno de esta última. Aunque Almodóvar fue de los más claros en admitir la poca ética de su acción (no como el ex-ministro Soria, por ejemplo, a quien siempre en mi entorno llamábamos el «aznarillo» por su ¿voluntaria? aproximación a la imagen de nuestro ídolo de las Azores), no deja de ser tema chungo en alguien al que teníamos como uno de los nuestros, y con cuyas opiniones sobre temas sociales o políticos solía coincidir. En fin, que tire la primera piedra quien esté 100% libre de pecado alguno en el tema de la declaración de bienes.
Además, eso ha de importarme un bledo. El arte es el arte y debe dar igual que el artista te caiga bien o mal. John Ford fue uno de los cineastas más increíbles de la historia y puede que si hoy viviese apoyase a alguien como Trump, bueno, quizá a tanto no llegase. Neil Young también ha tenido giros ideológicos más que discutibles. También afirman que Hergé era de posturas conservadoras. ¿Y?
Por una vez dejemos la izquierda y la derecha. Lo que a mí me motiva de Pedro Almodóvar es que es un creador absolutamente singular y creador de un estilo que han copiado miles de discípulos. ¿Irregular? Pues sí, a mí por ejemplo no me hizo gracia «Tacones lejanos», menos aún «Kika». ¡Pero cómo no descubrirse ante «La ley del deseo», «Mujeres al borde de un ataque de nervios», «Entre tinieblas», «Átame!» o «Volver»! La última que vi fue «La piel que habito» y también me pareció un peliculón, este hombre saca las mejores interpretaciones de mi paisano Antonio Banderas. Y todas tienen algo que me encanta, y es que son muy «españolas», en el sentido en que esas historias no podrían haber sido concebidas en otro país. Joder, tampoco hay nada mal en ser español, otra vez con la puñetera derecha e izquierda.
Nunca le he conocido personalmente. Pero admiro sus combinados de humor, irreverencia, dramones y gusto por los decorados kitsch. Y ya puestos, creo que ha conseguido algo por el que deberían redimirse todas sus faltas: incrustar en la memoria popular española canciones tan increíbles como «Puro teatro» de La Lupe, «Resistiré» del Dúo Dinámico (nuestro «I will survive» particular), las versiones de «Piensa en mí» o «Cucurrucucú Paloma», esta última sobrecogedora en la voz de Caetano Veloso, ¡el «Volver» de Estrella Morente! Si la gente alucina con las BSO de las películas de Tarantino, las de Almodóvar no le van a la zaga.