Sorprendido por la distinción, el cantante espera nervioso el momento de portar la bandera en la romería.
Dice sentirse muy orgullo de ser malagueño y ése ha sido uno de los motivos que ha propiciado su nombramiento. Javier Ojeda encabezará la marcha urbana hacia el Santuario de la Victoria entre cientos de caballistas deseosos por honrar con flores a la Patrona.
Su nombre llevaba varios años barajándose como abanderado, ¿éste era su año?
Eso me dijeron. Me ha pillado por sorpresa total. Yo creía que a este tipo de eventos llamaban a gente un poco más folclórica, por eso me sorprendió muchísimo que me llamasen. A parte de eso, es una maravilla que se acuerden de uno para estas cosas. Para mis padres, ha sido un reconocimiento muy especial.
El acto de romería dista bastante de una actuación sobre un escenario.
Jamás me hubiera imaginado así. Me hace mucha ilusión, pero al mismo tiempo me da algo de vergüenza.
¿Podría surgirle una canción de la romería?
No lo creo, la verdad (risas).
¿Espera ese momento con nervios?
Lo peor ya ha pasado, que fue el discurso en la presentación. Si lo pienso me da muchísima vergüenza, pero supongo que cuando llegue allí me relajaré. Estoy muy agradecido a toda la gente que se acordó de mí para esto.
¿Le acompañarán sus familiares y amigos?
Sí, irán mi mujer y mis padres. Aparecerá todo el mundo por ahí.
¿Después se quedará a disfrutar de la feria?
Sí, pero poco tiempo. Me gusta el ambiente del Centro. No concibo una feria sin estar bebiendo vino, aunque no me puedo poner morado porque al día siguiente tengo que estar fresquito.
¿Ha ido alguna vez de romería?
No, será la primera vez, aunque si he subido en varias ocasiones al Santuario porque mi mujer es del barrio.
¿Le tiene devoción a la Patrona?
No soy muy religioso, pero respeto profundamente todas las tradiciones y, por supuesto, a todos los que son devotos.
¿Cuando disfrutó de la última feria?
Hace dos años. Por mi profesión, me ha tocado más trabajar en feria que disfrutarla. Simplemente a tocar habré ido unas diez veces.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia en la feria?
Tengo unas fotos mías de pequeño vestido de flamenco que son una ‘pechá’ de reír, con mi hermano subidos los dos en un cacharro. Mis primeros recuerdos son en el Centro de Málaga, un recuerdo muy difuminado porque tendría sólo cuatro años.
¿Está orgulloso de ser malagueño?
Por supuesto. Aquí se vive muy bien. Nunca renegaré de mis orígenes. En el tiempo que Danza Invisible fue muy popular, escogimos seguir residiendo aquí y creo que acertamos. Somos gente normal de Málaga, de clase media y muy orgullosos de serlo. No creo que los malagueños sean mejores o peores, pero esta es mi ciudad y me encanta como es.
¿En cada concierto lleva un trocito de Málaga?
Claro que sí. La manera en la que vives y con quien te relacionas acaba traduciéndose en tu música, ya hagas flamenco, pop o reggae.
(Publicado en Diario Sur)