Ya he contado en más de una ocasión que mi primera vocación, antes de ser músico, era la de periodista, o más exactamente, la de crítico músico-cultural. Me encantaba, y todavía me encanta, opinar sobre tal o cual disco o película, recomendar algún cómic o, por supuesto, recibir el encargo de cubrir el concierto de un artista que me guste. Y ahora resulta que cuando por fin puedo hacer esto último me encuentro con que mi opinión «no vale» del todo, porque me resulta imposible disociarme de que soy del mismo gremio del tipo del que voy a opinar. Vaya marrón, ¿no? Pues mira, voy a hablar del concierto de Nick Cave del pasado domingo a lo cafre, a ver que me sale.
-BACILÓN: El que tenía yo con mi pase de prensa en ristre, y con las dos cervecitas previas, que ya se sabe que en el Cervantes no se puede privar.
-DIVERSIDAD: de posturas que genera el ex – Birthday Party. Por ejemplo, el chico del Diario Málaga Hoy siente poco menos que adoración, igual que el sector «indie»; para otros lo que hace es un rollo tétrico y yonqui que no mola nada; alguien como Alfredo Taján siente interés por parte de su obra y aburrimiento por otra.
-SUSTO. Que me pegaría si me encontrase con esta gente por una calle oscura. Tanto Nick Cave como los demás tienen un pintón amenazante que casa muy bien con la violencia sonora de parte del material.
-IMPACTO: que provocó el sensacional primer tema y, sobre todo, las escalofriantes intervenciones del violinista, una especie de Roberto de Tabletom salido de un frenopático que puso a la basca patas arriba. Warren Ellis se llama, un monstruo.
-MUERMO: el de Martín Casey, bajista de los Bad Seeds, a lo largo de todo el show.
-SENTIDO DEL HUMOR: del jefe de filas, que demuestra que sabe reírse de su personaje. Además el tío tiene un estilazo interpretando, aunque también hay que reconocer que pega muchos
-DESAFINES. Por Dios, ¿nadie se da cuenta de que cuando sube se va por los cerros de Almogía? A lo mejor soy muy maniático, pero para mí un tema como «God is in my house» quedó arruinado por este motivo. Por eso mismo no me molestó que no tocase
-INTO MY ARMS. Una de las mejores canciones del australiano. La noche parecía más propicia para las descargas de alta tensión.
-RISAS: Con mi amigo Pepe Trueno, profundo detractor, tras el show. «Lo que más me ha gustado del concierto es que se está quedando calvo como yo».
-ALEGRÍA: de ver que un tipo que jamás ha tenido una sola canción sonando en radio fórmulas a lo largo de unos 27 años de carrera es capaz de vender toda la taquilla en escasos días. No todo está perdido.
-CONCLUSIÓN: Pues mira, a mí me encantó. Qué queréis que os diga, el tío es una estrella y tiene un carisma increíble. La mayor parte de su repertorio me gusta mucho, y aunque pienso que el ritmo del concierto decreció en la parte final, lo importante es que estamos ante un artista con muchísimo «feeling». Que vuelva pronto.
(Artículo publicado en ADN Málaga el 26-04-07)