Ha abierto en la calle Danza Invisible de la localidad costera y después del verano en la avenida de Plutarco de la capital
El restaurante japonés de cocina fusión Asako da el salto en plena pandemia. El negocio de cocina fusión ha decidido crecer y abrir dos nuevos locales en Torremolinos y en la zona de Teatinos, en la capital. Ubicado desde hace 14 años en la céntrica calle Carretería, sus propietarios han apostado por llevar su concepto gastronómico a otros puntos de la provincia impulsados por el alto volumen de clientes que llegaba habitualmente desde estas zonas.
El primero de los negocios ya ha abierto en Torremolinos, en la zona de Pueblo Blanco. Para el desembarco en este municipio han elegido un gran local que hace esquina entre la calles Danza Invisible y Casablanca. El de Teatinos abrirá después del verano (previsiblemente en septiembre) y se ubicará en la avenida de Plutarco, en un local que cuenta con una amplia terraza.
Uno de los socios de la empresa, Jesús Sánchez, explica que ambos mantendrán la misma carta que el Asako original, que también seguirá abierto en el Centro. En el caso de Torremolinos llevará el sobrenombre Bistro e incluirán algunos platos nuevos que, posteriormente, se integrarán en la carta de los otros. «Vamos a incluir algunos platos más canallas y desenfadados», avanza. Dice que será una carta más corta y en donde primarán la sugerencias, ya que en estos momentos es más complejo encontrar determinados productos frescos y de calidad.
En el caso de Torremolinos, que ha sido el primero en abrir sus puertas, también ofrecerán un poco de música en directo para acompañar las cenas y almuerzos, ya que el local también cuenta con licencia de música. «No se trata de hacer conciertos; no venimos a hacer la competencia a nadie, pero amenizaremos la estancia de los clientes con música», advierte. Para la apertura del negocio han contratado a seis personas y también ofrecerán servicio a domicilio (con reparto propio).
Pasado musical
Sobre la zona elegida en la localidad costera, confiesa que será un honor trabajar en la calle Danza Invisible, grupo con el que mantienen una gran amistad desde que dos de los socios actuaban en ‘Los Raperos del Sur’, banda que se inició en la música de la mano de Javier Ojeda y otros componentes.
A estos empresarios tampoco les da miedo el momento elegido para comenzar a crecer: durante una pandemia mundial y tras un confinamiento que ha hecho mucho daño al sector. Jesús Sánchez cree que «la maquinaria no puede pararse ahora» y piensa que todo el mundo debe arrimar un poco el hombro en estos momentos para salir cuanto antes de esta situación de crisis.
Aunque es consciente de que se vivirán momentos complicados por los nuevos contagios y los rebrotes que aún se están produciendo en todo el país, entiende que tanto Torremolinos como Teatinos cuentan con un importante público objetivo que les va a ayudar en todo momento a asentarse en estas nuevas plazas.
(Juan Soto para Diario Sur).