En la pomada

Esta es una de las cosas que más me preocupan como artista. ¿Cómo conciliar un pasado de éxito con nuevas actividades, nueva música y nuevas propuestas? La verdad es que no es fácil. Hace poco hablaba con un conocido mánager y me comentaba eso, el hecho de que en España a los artistas veteranos rápidamente los encasillan en un circuito de la nostalgia y es muy difícil sacarlos de allí, aunque sigan sacando música de interés. Por otro lado, el público y empresarios de los festivales «indies» tienen un poco de talibán y no admiten con naturalidad a los artistas mayores de cincuenta, como sí ocurre por ejemplo en el Reino Unido. Lo mismo pasa con la gente que está metida en el rollo «ochentero» pero a la inversa ¿eh? No nos equivoquemos.

Yo lo estoy peleando al menos. Lucho por seguir haciendo buena música y buscar hueco para presentar mis cosas más recientes, pero al mismo tiempo sé que lo que me da de comer principalmente es el circuito de la nostalgia. Si observo mis actividades del mes pasado se ve claramente esta dicotomía: por un lado conciertos «distintos» en los que introduzco repertorio nuevo o inhabitual y por otro actuaciones más previsibles.

¡Cuidado! Esto no tiene que ser necesariamente peyorativo. Siempre he dicho que el probar cosas nuevas y cambiar de repertorio es lo que me hace interpretar las viejas canciones con frescura. Y a veces voy demasiado deprisa, lo sé, y es necesario serenarse y tener paciencia para que la gente tenga tiempo de asimilar lo que estás haciendo. Un ejemplo concreto lo tengo en el concierto que hice junto a la pianista Paula Coronas el pasado 2 de octubre, el público preguntaba de donde habían salido temas como «Emborráchame de amor», «Peces y caracolas», «Amante a la antigua» y hasta «Frío en mi corazón», todos ellos con unos cuantos años ya a sus espaldas.

Lo que tengo claro es que seguramente soy uno de los músicos de mi generación más activos y seguramente en mejor estado de forma. Ayer me comentaba un amigo que le parecía admirable mi frase de «no comprendo a los artistas que se toman años sabáticos». Para mí la música es como una cruzada y hay que alimentarla prácticamente cada día. ¿Dónde está la diversión? En cambiar de músicos, de formato, de arreglos de un mismo tema, de conocer gente, colaborar con otros artistas, salir de tu cueva. Lo demás es solo rutina y yo estoy en esto para divertirme.