Final feliz

Todos llevamos una brújula dentro. A veces, sucesos externos actúan como imanes que nos hacen perder el norte y es entonces cuando necesitamos remagnetizar la brújula usando un imán más fuerte. Ricardo Marín, nacido en Gavá (Barcelona), hijo y nieto de guitarristas, encontró ese imán hace dos años y consiguió guiar sus pasos hasta hacer posible que sus buenas intenciones no quedaran solo en eso.

De su abuelo, Isidro Marín Utrera, guitarrista flamenco, le quedan las ganas de haberlo conocido y una herencia musical que recibiría su padre antes que él. La aventura de Ricardo con la música empezó a los seis años, algo casi inevitable en una familia de artistas. Marín y su banda se convertirían en el conjunto músico-vocal más joven de Europa, gracias al tesón de su padre. Ricardo pasó de telonear a Parchís a hacerlo con BB King de la mano de Raimundo Amador, unos años más tarde, tras haber pasado por la radio y formado parte de unos cuantos grupos musicales. Su amigo, el bajista Pepe Bao, lo introdujo en la escena musical madrileña, de la que ya no escaparía, pues su carisma, el timbre de su voz y su virtuosismo a la guitarra, lo harían imprescindible en las giras de artistas de primera línea como son Manolo García, Miguel Ríos, Ariel Rot, Antonio Carmona, Pasión Vega, etc… Estremece escucharle hacer los coros del ‘sitio de mi recreo’ junto a Antonio Vega.

El 11 de marzo del 2015 celebró sus 25 años sobre los escenarios subiéndose a otro para grabar en directo su último trabajo ‘Buenas intenciones’, junto a muchos de estos artistas, convertidos en esta ocasión en sus colaboradores. Canciones que podremos disfrutar en directo, así como de varias de sus últimas composiciones, en el concierto del próximo miércoles 26 en la sala Pihama de Fuengirola con las colaboraciones de Javier Ojeda, LaMari, Esther Arroyo, Lin Cortés, El Zurdo…

Seguro que Ricardo no morirá de la enfermedad de la vida no vivida, como diría Jung, intenciones no le faltan y además son de las buenas.

(Sandra Pedraja para Diario Sur).