Géminis

Tengo fama de ser uno de los tipos más simpáticos del gremio de músicos. Sencillote, afable, campechano, con una colgaera graciosa, fácil de abordar. Profesional, me entrego a tope en todo lo que hago sin mirar en donde toco y para quién toco; de hecho en algunas ocasiones he colaborado con artistas que no me gustan, sólo por hacerles el favor o porque me caen bien. Me levanto por la mañana y pienso: “otro día en la Ciudad del Paraíso” cuando contemplo el mar y me dejo embargar por la suave brisa de nuestra Costa del Sol. A pesar de los pesares, esto sigue siendo un lujazo, ¡qué demonios! Agarro mi bicicleta y me dedico a hacer algunos encargos mientras reparto sonrisas por doquier; la gente suele gritarme “¡ese pedazo de Danza!” y me siento recompensado, agradecido de mi suerte y de los que me rodean. También soy cortés y educado, el otro día estuve con Shuarma en Barcelona en una sesión de fotos para el Woman y me dediqué amablemente a distendir el ambiente con mis ocurrencias mientras unas compañeras nos hacían esperar más de tres horas. No hay prisa, diablos, estamos aquí para agradar y Dios, que obviamente existe, debe estar contentísimo conmigo. Ah, algún día me harán un concierto-homenaje. Soy, resumiendo, la polla.

 

Pero en un momento todo puede cambiar. En mi caso, el vuelco de personalidad suele estar provocado por cualquier tontería: se va la luz mientras estoy grabando algo, se me ha pinchado la rueda de la bici y no sé cambiarla, llego tarde a la estación y no paran de llamarme mientras pierdo el tren. Y entonces me convierto en alguien impaciente, tenso, con tendencia al absolutismo, criticón, despectivo con los que no piensan como yo. Miro al mar y sólo veo bloques horrendos, mientras maldigo a los especuladores que han destruido nuestro entorno. Me acuerdo de todos los que decían “Gil será lo que sea pero tiene a Marbella preciosa” y pienso que la gente es estúpida y se merece todo lo que le ocurra, ¿cómo disculpar el silencio de la Junta? ¿Y cómo callar mientras se apoya algo como la guerra de Irak? Dios (o Alá, o Changó…) definitivamente no existe, y si lo hiciese me encantaría reunirme con él para soltarle unas cuantas frescas por permitir las barbaridades que hacen en su nombre. Miro la situación de la música en España y me indigno, al igual que con la telebasura o ese fracaso absoluto de la LOGSE. Ahora que lo pienso, si aguanto que me hagan esperar en la sesión de fotos es, en el fondo, porque soy un hipócrita de mierda, un falso, alguien que no dice lo que piensa. Soy, resumiendo, un tontopollas.

 

(Tras leer Géminis en Wikipedia).

 

Artículo publicado en ADN Málaga el 17-01-08.