(Viene de la entrada anterior)
Las Palmas: Aterriza en el estudio de Wahín el marido de Sara, José Serrano «Pepín», una de estas personas que consiguen que el ambiente se distienda en cada momento. «Pepín» es también bailaor, coreógrafo y mano derecha en los espectáculos de su señora. JO se anima a pedirles a él y al guitarrista Keko Baldomero que se arranquen por palmas, aprovechando que la figura menuda de Sara, después de una hora de taconeos para probar sonido y después grabar pide descanso. «Pues claro», dicen al momento. Lo que quiere es algo muy sencillo, nada de palmas flamencas, solo «ta ta ta, ta, ta ta ta, ta» en la parte final. La cosa no es tan fácil al tratarse de un tiempo lento, el buen rollo y el cachondeo comienzan a adueñarse del estudio. Charli-E está contento, ha llamado a su amigo Teto, ex-percusionista de Delinquentes, que vive cerca. Se hicieron muy amigos cuando este último estuvo temporalmente residiendo en ¡la Barriada de La Paz! Para no creérselo, ¿no?
-Los Recursos: Javier insiste en recoger de alguna manera los gemidos que ha escuchado de «la divina Sara» (así se conocía a la vocalista de jazz Sara Vaughan) mientras taconeaba. Claro, los micros estaban ajustados para los pies. Por tanto el ex-futbolista del Barça prepara micros de ambiente y Sara Pereyra Baras comienza a menear todo su cuerpo al son de la música, son palillos, son palmadas, golpes en el costado, sonidos bellos del exterior de cuerpo. Baile andaluz en definitiva, una gaditana moviéndose al son de un tema que dice «adiós Málaga». Uno no es nacionalista ni que le hostien, pero en ese instante hasta me da por sentir algo parecido a un orgullo de tierra.
-Los Jaleos: Hay tan buen punto que se decide grabar algo de ambiente, como jaleando a la artista. En la cabina se meten Jose, su hermana Triqui y Keko además de ella y simplemente disfrutan exclamando «¡Viva Málaga!, ¡Ese Javier!, ¡Boquerón! ¡Guapa!» y el más celebrado de todos, «¡Canalla!», sin duda dedicado a JO, mientras el coro final repite como un mantra «Pero el río avanza y nunca regresa». Los cuatro finalizan el jaleo en un trance rítmico vocal precioso que seguramente servirá para concluir el tema. «Eso que ha pasado ahí al final ha sido una cosa muy mágica, Javier». Palabra de Sara Baras.
-La Comida: Ay, ya se le acaban las fuerzas a este cronista. ¿Cómo narrar el torrente de sensaciones en ese bar-restaurante del Puerto de Santa María, con todos disfrutando de la brisa de Cai, bebiendo cervezas en tanque, vino blanquito del bueno, zampando langostinos chiquititos y algo llamado huevas de maruca o algo así que estaba realmente delicioso? La familia Pereyra y el gran Jose Aguilera disfrutan mucho con las cosas de Javier, de hecho me parece detectar que de adolescentes flipaban con «Sabor de amor» y otros éxitos de Danza. Y las hermanas hablan de Bebo Valdés, de la experiencia increíble de la nueva película de Carlos Saura, se ríen de la pose que tenía Madonna en no sé qué fiesta en New York o no sé donde, hips, por aquel entonces ya estaba algo piripi. Nos vamos con esta JOreflexión: «Una de las cosas que más me gusta de los últimos años es que he vuelto bastante por la provincia de Cádiz. Mira, esto tiene el aroma de la antigua Málaga, seguramente el viento este que tienen, a veces tan molesto, lo que les ha librado de la especulación y el urbanismo salvaje.» De eso en parte trata «Barrio de La Paz Actos 2 & 3», sin duda uno de los discos de 2016.
(Un reportaje de Francisco Martos para www.javierojeda.com).