Javier Ojeda, tras Danza Invisible, nos habla de sus proyectos y su festival LGTBI: «Durante una semana Fuengirola es el epicentro de las lesbianas»

A sus 60 años, cumple los 61 el 29 de mayo, Javier Ojeda, el vocalista de Danza Invisible, continúa con su carrera en solitario y embarcado en proyectos que mantienen su ilusión intacta. Se define como un artista «inquieto» y es de los que piensa que estará en un escenario mientras el cuerpo aguante y las ganas no falten. «Me apasiona subirme al escenario y mientras vea que lo estoy haciendo bien y que mis capacidades físicas son buenas, voy a estar en activo», nos cuenta. Para este 2025 tiene cerrados, por el momento, conciertos hasta noviembre y para finales de año prepara su nuevo disco, del que ya nos adelanta el nombre, Vuelta a empezar.

Al mismo tiempo, Ojeda, natural de Málaga capital, tiene puesto el ojo en otra ciudad malagueña, Fuengirola, donde desde hace cuatro años se celebra el festival de ambiente lésbico más importante de Europa y del que es uno de los promotores, el Fulanita Fest. «Estoy profundamente orgulloso de ello porque para que la brecha de los géneros poco a poco desaparezca tiene que haber también un montón de varones como yo que seamos feministas y que estemos luchando por la Igualdad en todos los niveles». Su alianza con el famoso bar de ambiente de Madrid dio vida a este festival, que este año se celebra entre el 29 de mayo y el 1 de junio con Vanesa Martín y Ptazeta entre las cabezas de cartel.

También nos habla de Danza Invisible, que se despidió de los escenarios el año pasado con una gira en forma de adiós. Pero no solo esos conciertos, que llegaron a su fin en Torremolinos, pusieron el broche de oro a 42 años de música y compañerismo. La despedida también se endulzó con la Medalla de Andalucía otorgada por la Junta. «Para mí fue una cosa fantástica, llegó en un momento perfecto», recuerda Ojeda, que sigue volcado en su estudio creando nuevos temas y rescatando otros materiales guardados en un cajón durante años.

¿Qué nos puedes contar de tus nuevos proyectos?

Ahora mismo estoy con muchísimas ganas. Quieras que no, terminamos el año pasado y me fue muy bien, pero a comienzos de este año tomé una decisión profesional importante. Por una vez voy a dejar la carrera en manos de un mánager porque había una temporada que lo hacía todo yo. Y acabé agotado. Y desde que he empezado el año me están saliendo cada dos días una gala o algo así. Estoy ahora mismo con la agenda cargada, según el mánager va a empezar a subir el caché ya [risas] y este parón relativo que he tenido de conciertos me ha servido para hacer un montón de repertorio nuevo. Ya tengo el título del álbum, Vuelta a empezar.

¿Y cómo es el disco nuevo que preparas?

Va a ser todo material nuevo. Lo que no sé todavía es si va a ser un disco de versiones, de canciones propias o mezclando. Como ahora estoy en rachilla que me van saliendo muchos temas quiero acumular un poco más y en agosto más o menos decidir qué tipo de álbum quiero hacer.

Con el paso de los años, ¿resulta más difícil encontrar la inspiración?

Sin duda, te lo garantizo. Y cuando estás con una banda como ha sido mi caso toda la vida… Tienes una idea, quedas en el local de ensayo, comienzas a desarrollarla… Yo realmente no soy un cantautor, no soy un tipo que haga las canciones solo en su casa y se las enseñe a todo el mundo. Yo siempre he necesitado a un colaborador a la hora de componer. Entonces, cuando estás de solista cuesta más trabajo. Tienes que hablar con tus músicos, coordinarlos… Es un proceso un poquito más laborioso y tiene ese hándicap de que has compuesto muchas canciones ya y a veces tienes que intentar evitar la repetición de la fórmula. Y eso siempre es una guerra.

Tu mano derecha era Antonio Gil dentro de la banda. ¿Echas de menos tener con quién componer?

No, no lo echo de menos porque, entre otras cosas, una de las piezas nuevas la he hecho con Antonio. Antonio está retirado digamos de los conciertos pero no del estudio musical. Aparte de que tengo material acumulado en el ordenador… Muchísimas ideas para sacar canciones. Lo que me cuesta más es evitar la repetición porque hay veces que cuando eres muy jovencillo las canciones te salen a borbotones. No sé ni cómo salen. Pero luego las meditas más, empiezas a pensar, escuchas canciones de otros… Ya empiezas a hacerlo de manera más intelectual y menos natural por decirlo de alguna manera.

¿Te resulta más fácil escribirle al amor o al desamor?

Al amor es más fácil sin duda. Realmente todos los músicos cuando componemos tenemos mucho de actores. A veces puedes estar muy triste y de repente te puede salir una canción super gamberra. De verdad, totalmente lo contrario. Es así.

Tengo entendido que la numerología es muy importante para ti, ¿por qué?

Yo soy una persona extremadamente maniática en todos los sentidos y conforme pasan los años se va acrecentando. Mi manía llega incluso hasta decir bueno, voy a proyectar el próximo álbum a esta fecha de noviembre. Hasta eso. Incluso me hago mis listas de canciones para tocar este año, listas de canciones para alternar… O sea, utilizo muchísimo la metodología. Y desde hace ya un montón de años. Creo que desde el año 2007. Tengo un listado que no es completo del todo pero sí que está como al 90% de todas las galas que había hecho con Danza Invisible, desde entonces ya las cuento. Las apunto todas y me gusta celebrar de pronto que la gala esta es la número 2000 o la 2100. Me hace ilusión.

Con el fin de Danza invisible, ¿acabasteis con la sensación de satisfacción, de que ya estaba todo hecho y bien hecho?

Sí, el grupo terminó cuando tenía que terminar porque, de hecho, llevábamos sin hacer nada conjunto desde el 2010. Pero seguíamos como banda porque profesionalmente nos iba bien, personalmente nos llevábamos muy bien, sin problemas personales… Pero esa chispa y esa química que teníamos para sacar un proyecto conjunto había desaparecido. Y había desaparecido por el rollo de la rutina y de estar la misma gente tantísimos años. Entonces, claro, viendo que casi el resto de mis compañeros no tenían las mismas ganas… Yo tenía ganas de seguir publicando pero no encontraba una respuesta. Espero que esto no se interprete como una censura, no va por ahí la cosa. Sencillamente yo soy más inquieto y entonces claro, por eso empecé a desarrollarme más en solitario. Recordar viejas canciones, pasártelo bomba, recorrerte con la furgoneta… Pero creativamente la chispa había muerto. Y ya cuando Antonio decidió jubilarse yo ya veía que esto había que cortarlo porque no tiene sentido. Si falta uno de los componentes originales, yo prefiero ya estar tocando yo solo con mi proyecto, recogiendo las canciones de Danza que yo quiera y mezclarlas con las mías en solitario, etc.

El año pasado recibisteis la Medalla de Andalucía. ¿Qué piensas de los reconocimientos? ¿Llegó tarde?

Yo no puedo estar más agradecido a quien se le haya ocurrido de la Junta de Andalucía. Llegó en un momento perfecto y no me da por pensar si tenía que haber llegado antes. Oye, me la han dado y en un momento precioso, que hemos decidido además irnos con una mini gira y con una sonrisa diciendo lo bonito que es compartir tantos años juntos. Para mí fue una cosa fantástica. Me llamó Juanma Moreno, al que conozco desde hace muchísimo tiempo de cuando estaba también en política local aquí en Málaga. Tanto él como todo el equipo que estaba allí en la recepción y todo.. Ideas políticas aparte, estés de acuerdo con ellos o no, te puedo garantizar que fueron extremadamente y extraordinariamente amables. En este sentido es de las típicas cosas de las que más me enorgullezco de ser andaluz. Hasta en los momentos más solemnes y estirados, todos los andaluces tenemos esa capacidad de distender el ambiente que me encanta.

Vosotros fuisteis una banda sin enemigos ni detractores. ¿Cómo lo conseguisteis?

Bueno, durante los primeros años, los cinco primeros, sí que éramos unos bocazas de mucho cuidado y con una arrogancia juvenil de ser insoportables. Ya nos vale. Pero lo que ocurrió es que creíamos que nos íbamos a comer el mundo y al principio nos dimos dos o tres ostiones de cuidado. Eso nos vino muy bien porque de pronto nos hizo ser mucho más humildes. ¿De qué íbamos? ¿De rock and roll stars? Éramos colegas, gente del sur, gente amistosa, normal y corriente, simpática y nada más. Y creo que mientras más viejos nos hacíamos nos íbamos haciendo más amigables, más amistosos, más cariñosos… Yo creo que la gente de la profesión nos quiere mucho. Creo que la gente nos quiere y estoy contento.

¿Y de la Movida Madrileña echas algo en falta? ¿Sientes cierta nostalgia?

Mira, no soy muy nostálgico sinceramente y lo recuerdo como una alegría increíble. Cuando llegué a Madrid tenía 18 años recién cumplidos. Era un crío y vamos, lo que me acuerdo era la sensación de excitación de los sonidos nuevos y de la España de aquel entonces. De ver que en Málaga había un circulito de modernos pero ver que ese circulito en Madrid era mucho más extenso, con mucha más gente. Era una sensación muy bonita de pertenecer a un movimiento cultural importante que sabes que se está cociendo y que no sabes cómo pero eres parte de él y eso es genial.

¿Y piensas que ahora hay menos libertad de expresión?

Sin duda, los años ochenta han sido mucho más valientes en ese sentido. Muchísimo más incorrectos. Y ahora hay mucha más censura. De derechas e izquierdas. Hay gente que pienso que es demasiado estricta con determinados temas. ¿Qué quiero decir con esto? Cuando a mí me gusta un artista o un cineasta creo que su opinión política, su carácter o su manera de ser no debe influir. John Ford ha sido un gran cineasta y más facha no podía ser. Leni Riefenstahl, la fotógrafa de Hitler, no dejó de ser una tía absolutamente increíble.

Entonces piensas que hay que separar obra de artista.

Completamente eso.

Cambiando de tema, en cuanto a tus hijos, uno de ellos, Jassy, tiene también inquietudes musicales. ¿Qué consejos le das?

Hay algo que me da un poco de pena. Estoy completamente seguro de que cuando yo empecé a hacer música he gozado de muchísimas más oportunidades de las que él tiene ahora en todos los sentidos. Creo que era un momento mucho más proclive para la creación y la salida de bandas. Entonces había una industria musical que funcionaba. Se vendían muchos discos. Al poco tiempo creo que coincidió con la etapa de mayores ventas de la industria musical española. Ahora todo es muchísimo más complicado en todos los sentidos. Yo apenas le doy consejos, algún pequeño consejo musical pero poca cosa. Él se lo hace todo, tiene esa cosa muy buena. Él coge a sus productores, a sus músicos, es muy independiente en ese sentido. Es como muy orgulloso de que su proyecto sea suyo y jamás tira del padre para promocionarse. Eso me encanta.

Y tu otro hijo, Javier, también ha llegado a subirse a un escenario pero es completamente distinto.

Él es un chaval que canta bien. Le apasiona la música pero no. Además le falta el atrevimiento del pequeño, que le encanta el escenario desde que es pequeño.

¿Y algún regreso en forma de concierto especial o algo parecido de Danza Invisible es posible? ¿Se dará con los años?

Ciertamente lo veo muy complicado. No porque nos llevemos mal ni mucho menos, sino porque como te he dicho Antonio [Gil] está jubilado y él para hacer un concierto tiene que estar preparándose mucho tiempo. Manolo [Rubio] por lo que sé, desde el último concierto de Danza, creo que no ha vuelto a tocar tampoco y ha estado dedicado a hacer otras cosas. Chris [Navas] creo que es el único que sigue algo en activo a la hora de tocar. Entonces claro, a la hora de tocar y hacer un concierto eso supondría un esfuerzo en cuanto a ensayos enorme. Lo que no descarto es alguna aparición especial para tocar unos temas, pero el llegar a hacer una gira eso ya te digo que es inviable. Que a ver, nunca digas nunca… Te ofrecen una fortuna y dices bueno, venga [risas].

¿Tú deseas morirte sobre un escenario? ¿O llegará un momento en el que te apetecerá parar y relajarte?

Buena pregunta. Ahora mismo ni me planteo la retirada. Me apasiona subirme al escenario y entonces claro, estoy seguro de que mientras vea que lo estoy haciendo bien y que mis capacidades físicas son buenas, voy a estar en activo. Que cuando pasen 15 años tendré que hacer las giras más cortas, pues seguramente. Por lo demás no. Y esta gira la tomo con fuerzas y ganas. Este año sacaré disco y alguno más me queda, seguro.

Y ahora que nos acercamos a Eurovisión, ¿a Danza Invisible le ofrecieron alguna vez participar con España?

No, pero sí te voy a confesar una cosa. Este año no, pero el anterior recibí una llamada para ver si quería componer una canción de cara a la selección del Benidorm Fest. Entonces dije, mira, me puede servir como de excusa para componer. Hice tres temas, los presenté, no les gustó ninguno, pero bueno, uno de ellos acabé grabándolo con mis dos hijos, Viento de poniente. Que creo que es una canción preciosa pero que obviamente no era una canción para Eurovisión. Y las otras dos que hice me gustan mucho y creo que al menos una de ellas seguro que la grabo.

Y también eres promotor del Fulanita Fest, el festival de ambiente lésbico más importante de Europa que se celebra por cuarto año consecutivo en Fuengirola. ¿Qué nos puedes contar?

Ha sido creo que una de las grandes aventuras de mi vida. Estoy profundamente orgulloso de ello porque para que la brecha de los géneros poco a poco desaparezca tiene que haber también un montón de varones como yo que seamos feministas y que estemos luchando por la Igualdad en todos los niveles. Y desde hace unos años, desde 2017 o 2018, empecé a pensar que no había ningún festival musical que esté expresamente dirigido al público LGTB femenino, a las lesbianas y bisexuales hablando en claro. Y cuando iba profundizando me daba cuenta de que también había machismo en el mundo LGTB. Fui proponiendo la idea en algunos sitios, en algún ayuntamiento y hay gente que me decía: «Uy, que las lesbianas son complicadas, se pelean entre ellas». Y yo decía cuánto tópico hay acerca de todo esto. Y finalmente un golpe de fortuna me hizo contactar con Ruth Franco que es una de las propietarias de Fulanita de Tal, local emblemático de Madrid. Ella es agente de actores, actrices, directores, directoras, productores, productoras… muy importante y bueno, coincidimos en Málaga y nos conocimos en persona. Y era el contacto que yo buscaba. Este año se celebra la cuarta edición. Va fenomenal, este año se incorporan un montón de actividades y durante una semana Fuengirola es el epicentro del mundo de lesbianas en España. Yo estoy orgullosísimo.

Y Málaga que es una cuna de grandes artistas. ¿Qué tiene Málaga?

Pues mira, es muy curioso, hay una expresión que dice «Málaga cantaora» y es verdad. Es verdad que siempre he opinado que Málaga es una provincia que da extraordinarias vocalistas femeninas. Más que masculinos aunque hayan unos cuantos. Pero hay un montón de chicas que cantan fenomenal. Sí que es verdad que curiosamente es una provincia que proyectos grupales da pocos y da muchos solistas. Yo creo que en parte tiene que ver con el carácter del malagueño, y es que somos muy individualistas a todos los niveles.

(Esperanza Ortiz para El Economista).