Javier Ojeda y Caramala reponen en el Teatro Cervantes la «mambópera» Barrio de La Paz

Irene Lombard, Celia Flores y Genara Cortés estarán presumiblemente entre los invitados a la nueva función de la obra que el músico y las actrices estrenaron en el XXXI Festival de Teatro

 

MÁLAGA.- Javier Ojeda, la banda Hispano-cubans y la compañía Caramala reponen el próximo domingo 15 de junio Barrio de la Paz, la ‘mambópera’ que los músicos y las actrices estrenaron en el pasado XXXI Festival de Teatro de Málaga. El éxito de público y crítica ha hecho posible una mudanza de distrito y una mejora residencial: será ahora el Teatro Cervantes con sus mil butacas, sus tres pisos y su disposición a la italiana el que se convierta en el patio de vecinos, la popular plaza y la verbena en la que transcurre la acción y suena la música.

Los chascarrillos e historias que transmutadas en muy diversos personajes de la vecindad nos contaban Carmen Baquero, Virginia Muñoz y Noemí Ruiz, las tres Caramala, y nos cantaban Ojeda y los Hispano-cubans se vieron entonces en el Teatro Echegaray, que recibió la obra durante seis días consecutivos (del 27 de enero al 1 de febrero). A las 20.00 horas del domingo 15 de junio (18 euros precio único; entradas a la venta desde hoy mismo) el Cervantes revivirá a golpe de certeras canciones las vicisitudes de la infancia del vocalista de Danza Invisible y será el testigo de las conversaciones de madres e hijas, limpiadoras, periodistas, hippies, jevis, artistas y fans.

Irene Lombard, Celia Flores y Genara Cortés serán algunos de los muchos artistas invitados a la nueva función de Barrio de la Paz. Y también habrá alguna novedad musical: el repertorio de la ‘mambópera’ original ha sido plastificado en el álbum Barrio de la Paz (acto 1), que Javier Ojeda y los Hispano-cubans están estos días presentando en Madrid, pero está prevista una segunda parte de la que se adelantará, por ejemplo, el mambo ‘Baila conmigo’. El resto del repertorio será el del espectáculo que vimos en el Festival de Teatro, con temas tan contagiosos como el cha-cha-chá ‘¡Oiga, camarero!’, la canción ‘Carnaval toda la vidal’ o la rumba ‘Soy cobarde’.

Barrio de la Paz. Una mambópera en tres actos está hilvanado mediante canciones con toque tropical condimentadas teatralmente y con mucha acción en escena. La dirección musical y composición es tarea de Javier Ojeda y el texto y la dramaturgia de Sergio Rubio con la ayuda de las tres actrices de Caramala. La salsa en escena la comparten Carmen Baquero, Virginia Muñoz y Noemí Ruiz en la interpretación y músicos como el pianista Daniel Amat, el bajista Yohany Suárez, el percusionista Bárbaro Pimienta, el batería Paco Vílchez, el guitarrista Miguel Paredes y el saxofonista Roberto Cantero en el acompañamiento musical. Entre todos nos brindarán de nuevo un musical “irreverente y loco” con sabor a la tierra y composiciones actuales y vivas. Mucho pop y poso latino para una propuesta novedosa, “ni ópera-rock ni disco conceptual”.

Javier Ojeda reconocía cuando presentó el mes de enero pasado la obra que se tuvo que aplicar muy mucho para interpretar mientras cantaba y para quedar a la altura de las fogueadas y versátiles Caramala. Ojeda se trasladó de pequeño al Barrio de la Paz, entonces de clase media, desde un pisito pequeño de Ciudad Jardín, en lo que fue la constatación del ascenso social de su familia. Allí vivió durante años en la calle Juan Sebastián Bach (“así, como suena, españolizado”, recalcó el cantante), una de tantas con nombres de compositores en lo que para él era una suerte de premonición, pues según relató una gran parte de los actuales músicos de Málaga reside ahora por estos bloques.

SIPNOSIS

La historia se ubica en una veladilla en la plaza del barrio, ornada con farolillos, banderolas y mucha ilusión. La Asociación de Vecinos del Barrio de la Paz contrata a Javier Ojeda y a los Hispano-cubans para las fiestas de su patrona. Los vecinos, acostumbrados a sus artistas de siempre, reciben a los invitados con algún que otro recelo. La banda llega a la plaza de Mozart con una música de ritmos nuevos alterando un día cualquiera de los habitantes del barrio. Desconfianzas, antipatías, algún que otro altercado, risas, bailes y complicidad pondrán de manifiesto que los cambios no tienen por qué ser malos.

 

(Publicado en Teleprensa).