La Fundación SGAE y el Museo Picasso Málaga continúan este miércoles día 10 a las 20 h con la organización del ciclo de conferencias-conciertos en torno a la historia del pop malagueño. Javier Ojeda, líder del grupo Danza Invisible, está al frente de esta iniciativa, con la colaboración del guitarrista Agustín Sánchez, alguna intervención sorpresa, así como una multitud de anécdotas y canciones.
La gran protagonista de la jornada será Pepa Flores. Así, bajo el título ‘Marisol, el mito ye-yé. Recorrido por su producción discográfica’ Ojeda repasará la trayectoria discográfica de la artista, desde sus precoces inicios hasta su etapa ‘sesentera’ a caballo entre las grandes canciones de Augusto Algueró, el especial televisivo de Valerio Lazarov, sus incursiones en la música latinoamericana o sus años como cantautora protesta. Habrá también un breve paréntesis sobre otra diva de la época, mucho más desconocida, Ivana, ideal de mujer independiente y rupturista.
Editado en 2011, el libro ‘Una historia del pop malagueño (1960-2009)’ proponía un recorrido exhaustivo por la historia de un género musical clave a la hora de entender la cultura de nuestro país. Javier Ojeda se destapó con esta fantástica edición como un erudito de la escena musical de la tierra en la que nació y tras formar parte de la Movida de los años 80 con su grupo Danza Invisible. Tomando como base este análisis literario musical, Javier Ojeda nos propone ahora una traslación en vivo y en directo de todo lo que plasmó en aquel libro hoy agotado.
El estilo de Javier Ojeda ha sido descrito por expertos como “mitad Martini y a medias Harlem”. También se caracteriza por lo arrebatado de su puesta en escena. Reconocido como compositor y vocalista principal de la banda de pop-rock Danza Invisible, ha disfrutado de una prolífica carrera tanto con su grupo como en solitario.
Ivana, cuyo nombre real es María Rosario Gaspar Diaz, fue una de las chicas ye-yé españolas. En 1964 firmó por Columbia, que la presentó a la preselección para el festival de Eurovisión de 1965 con «¡Qué bueno, qué bueno!», aunque TVE prefirió que lo defendiera Conchita Bautista.
Comenzó una intensa carrera de grabaciones, casi siempre versiones de éxitos ajenos, y en 1967 participó en el festival de Benidorm con la canción «Algo mágico».
En 1968 y tras un parón provocado por un accidente de automóvil, participó en la película de Pedro Masó «A 45 revoluciones por minuto», dirigida por Pedro Lazaga y con música de Waldo de los Ríos interpretó el papel de novia de Juan Pardo y junto a otros artistas como Fórmula V o Los Ángeles.
(Publicado en InOut Viajes).