Periodismo del yo

Estoy enfrascado en la lectura de «Pulphead» (2014) del ensayista John Jeremiah Sullivan y lo estoy disfrutando de lo lindo. Imagino que para un sesudo intelectual habrá firmas más brillantes e incluso habrá quien le acuse de no ser más que un correcto seguidor de Tom Wolfe, pero me importa un bledo. De hecho, observo que algunas críticas dirigidas a esta colección de artículos y ensayos abundan en la preeminencia del «yo» que narra, como si eso fuese un problema. Para mí, todo lo contrario, precisamente lo que más me encandiló de joven del Nuevo Periodismo norteamericano era el punto de vista absolutamente personal de casi todos sus adalides; igual que Tom Wolfe imponía su sátira personal sobre todo lo tratado Hunter S. Thompson narraba sus avatares drogotas mientras estaba realizando el artículo que le hubiesen encargado. Pues eso, si a alguno le interesa conocer la cara desconocida de los USA, entretenidísimas reflexiones sobre la mutación física de Axl Rose de Guns’n’Roses (un concierto en el País Vasco, por cierto) o Michael Jackson -desolador-, una visita a un a cueva de arte rupestre de los indios nativos del Mississippi o a un puesto de la Cruz Roja en New Orleans tras el paso del Katrina, este puede ser tu libro.

Lo he dicho y lo diré mil veces, tengo alma de periodista cultural y esa afición quedará en mí hasta el resto de mis días. La melancolía me acecha cuando hojeo mis artículos antiguos publicados en la edición malagueña del periódico ADN, me da la sensación de que son más frescos y divertidos que muchas de las cosas que hago ahora. Aunque hay una explicación que me consuela: durante el tiempo que estuve con ellos o el Málaga Hoy debía entregar puntualmente los artículos en la fecha fijada, y además cobraba por ello. No era mucho ni mucho menos, unos 70€, pero esto te obligaba a una disciplina de la que después careces, además de tener que ceñir tu escrito a un número determinado de caracteres. Me pregunto cómo pueden vivir los periodistas hoy día, ¡ese sueldo que antes mencionaba es lo que pagan ahora en los diarios nacionales! Imagino que las grandes firmas seguirán con retribución digna, pero el panorama de la prensa, y en particular de la cultural, está cada día más negro.

Yo colmo mis ansias soltando de vez en cuando mis chorradas por aquí, aunque este último mes apenas he aparecido en redes sociales. Dejando de lado el Twitter, artefacto social que apenas uso porque no le acabo de pillar el punto, normalmente mi presencia en Facebook disminuye mucho en temporadas de composición, ensayos y demás. ¡Y vaya mes de ensayos! He renovado el repertorio de mi banda de solista al incorporar a Agustín Sánchez como guitarrista-corista, estoy con lo del Torremolinos Funky Town, recuperé el repertorio de «Las canciones del vino», también tendré que hacer un nuevo montaje acústico, uf. Y para colmo otra vez al local con Danza Invisible al incorporar a David Quintero como sustituto temporal de Antonio Gil, ya que Jean-Louis Barragán no podrá compaginar más sus actuaciones junto a La Guardia y «Rock & Roll Star» con las de Danza. Oye, no me quejo, que tengo trabajo. Y éste, al igual que el periodismo cultural, me enloquece.