Más allá del espectáculo, el Festival Ochentero de Puertollano congregó este sábado a una generación que vive la fiesta de una manera caballeresca, con la intensidad de una gran final deportiva y la limpieza de una partida de críquet. Los viejos pijos, jevis, punkis, rocabillys de la ciudad minera volvieron a brindar juntos bajo la espuma de las birras y los himnos que han marcado nuestras vidas.
Algunas de las composiciones más pegadizas de toda una generación fueron bailadas, coreadas y cantadas por las casi 2.000 personas que no se perdieron el Festival Ochentero en la tarde-noche del sábado en la Plaza de Toros dentro de las actividades de Feria de Mayo.
Un maratón musical que arrancaba con retraso por problemas de sonido. El primero en salir fue Javier Ojeda con los grandes éxitos de la banda malagueña Danza Invisible, desde “Sin aliento”, “El Angel Caído”, su espléndida versión de “Yolanda”, el archiconocido “Sabor de amor” y “A este lado de la carretera”.
Fotos: Javier Ojeda abrió el Festival
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(Publicado en Mi Ciudad Real) (fragmento).
