Serial watcher

Nada, no hay manera. Por mucho que lo intento no consigo tragar con el aluvión de películas trufadas de efectos especiales que nos invade desde hace unos años. De hecho, creo que uno de los mayores castigos que se me puede infligir es obligarme a ver la trilogía completa de «Matrix» de una tacada. O, incluso peor, cualquier animalada de estas de Michael Bay con los Transformers. Recuerdo que en su época «Star Wars» me pareció entretenida pero poco más y de hecho cuando han repuesto la saga recientemente en la tele me he quedado plácidamente dormido mientras Anakin se transformaba en Darth Vader. O sea, no tengo nada en absoluto en contra del género de acción, pero cualquier film en el que aparezcan robots, mutantes, superhéroes, tortazos y artilugios tecnológicos tiene pocas probabilidades de que me retrate en taquilla, sea real (la del cine, cada vez menos frecuente) o o virtual (pues sí, soy de los muchos que se ha pasado a Filmin).

A todo el mundo le gusta ver un producto bien acabado. De hecho «Gravity» de Alfonso Cuarón es una película que no deja de apabullar por su factura impecable y su alarde tecnológico es tal que por momentos deslumbra. Pero ¿hay una buena historia detrás? En mi opinión nada más que regular, de hecho cuando la has visto te olvidas de ella rápidamente.

A lo que voy, seguramente soy uno de los últimos en aterrizar, pero me he enganchado a las series. Ya comienza a ser vox pópuli que estamos en la era dorada de los seriales, pero es que es verdad, macho. Yo comencé con «Perdidos» y aunque a los guionistas se les fue la mano al final y había varios capítulos de relleno (ay, de vez en cuando con un cargante rollo metafísico) me hizo pasar muy buenos ratos con esos giros imprevistos y esa mezcla inquietante de ciencia ficción con acción y terror en la que no hacía falta recurrir a los monigotes. Pero donde no había lastre alguno era en «The Wire», cuyo peor episodio daba veinte vueltas a cualquier producto de los antes citados. «The Wire» es mejor que casi cualquiera de las películas que están ahora en cartelera, de hecho me fascinó tanto que posteriormente me dirigí a donde todo el mundo decía que se encontraba su precedente: en «Los Soprano«.

Me ha gustado casi, casi tanto como «The Wire» y al llegar al final se ha quedado en mí un poso de tristeza. Esta última semana he andado zapeando por la noche en busca de algo interesante que ver y me he topado con horrores varios como un remake absurdo de «Desafío Total» (la buena es la primera, la de Schwarzenegger, y con mucho más sentido del humor) y subproductos variados del género tiros y hostias alojados en canales como Neox, Nova, FDF o Divinity. ¡Qué digo, también en Antena 3, Cuatro y las demás! Salvemos el excelente ciclo «Historia de nuestro cine» de la 2. Desespero, me muevo de un canal a otro intentando esquivar a los inútiles estos que son incapaces de ponerse de acuerdo en tertulias políticas varias y finalmente, agotado, claudico.

Mi madre me ha dejado «True detective» y dice que me va a encantar, mis hermanos también me la han recomendado. Son solo tres episodios, por si acaso voy a guardar por ahí también la de «Mad Men«, ¡coinciden muchos de los directores y guionistas con los de «Los Soprano»! Al final al cine, sea en pantallas o en series de TV, le pasa lo mismo que a la música: una buena trabajo solo lo es si va acompañada de un buen guión. Igual que un buen disco solo lo es cuando contiene buenas canciones.