Seguramente el mes de marzo ha sido el más duro que he pasado de la pandemia. Al fallecimiento de un amigo por el maldito bicho se han unido nuevas cancelaciones y aplazamientos y el colmo de la desesperación llegó cuando estando ya en Madrid y dirigiéndome a la prueba de sonido del concierto al que iba como invitado del cantautor Mario San Román me dicen que no se puede celebrar porque en el test de antígenos han dado positivo cuatro de los músicos, un desastre, en fin.
Menos mal que han venido los amigos al rescate. Resulta que dos de ellos, naturales de Lorca (Murcia), han creado una productora para audiovisuales de todo tipo y entre sus proyectos se incluyen un programa piloto musical para intentar colocar en alguna cadena de televisión. Dada la gran amistad que me une a Pepe Munuera y Luis Amador acepté el reto de estar un par de días ejerciendo de cantante-presentador en Murcia, además me vendría bien para airearme y hacer algo distinto, pensé.
He acertado de pleno. El recorrido consistía en seguir a Diego Cantero, más conocido como Funambulista, en un concierto acústico a celebrar en Ibi (Alicante) y al día siguiente acompañarlo por las calles de Murcia, donde también charlaría con distintos personajes del gremio del espectáculo. Mientras se estaba rodando la prueba de sonido ocurrió algo maravilloso: Diego empezó a canturrear el tango «Nostalgias» y a mí me dio uno de mis típicos arranques, recordaba la canción por haberla interpretado en mi espectáculo de «Las canciones del vino» y allí que me lancé a cantarla a pleno pulmón. «¿Te atreves a hacerla conmigo esta tarde?» «¡Claro que sí, tío!», conversación previa a mi salida a escena a hacer el tema a dúo para sorpresa del público asistente (y de la productora, que pudo captar el momentazo).
Funambulista es tipo encantador, artista de éxito que no olvida sus raíces murcianas y tiene los pies en el suelo. Está cotizadísimo como compositor – muchos de los éxitos recientes de Malú o Raphael son suyos, ahora está también haciéndole temas a Ricky Martin- y tiene muy claro que desea hacer productos de éxito masivo, pero al mismo tiempo goza de esa sensibilidad de los artistas que han surgido tocando en las calles, calles como esas Platería o Trapería de Murcia por las que vamos charlando y que tantos recuerdos infantiles me traen. Al ser mi madre medio murciana, las semanas santas solíamos ir de vacaciones allá y por tanto mis vivencias están mucho más asociadas al Entierro de la Sardina o la Batalla de las Flores que al Cautivo o los Legionarios de Málaga.
Montamos un par de temas a dúo para el programa piloto que han quedado de escándalo o eso creo, da gusto tocar con este hombre aunque musicalmente seamos tan distintos. Y es que, como veníamos comentando en nuestro recorrido iniciado en la Plaza de las Flores, murcianos y malagueños tienen mucho que ver, sobre todo en el humor negro, el no tomarse en serio a sí mismos. Pocos lugares de este país pueden aceptar con tanta guasa las constantes bromas que se hacen sobre ellos y hasta utilizarlas como chascarrillos. Los responsables del equipo de la productora me van contando a lo largo de la grabación detalles de sus respectivos devenires durante la pandemia y en ningún momento noto crispación, solo aceptación de las circunstancias y buen rollo. Y lo que ha afectado el COVID a la escena musical murciana no ha sido poco: estamos hablando de una de las ciudades con más salas y bandas de rock de todo el país, mucho más que en Málaga sin ir más lejos, y muchas de esas salas han tenido que chapar.
Antes de regresar a mi casa pasamos por Lorca donde he de entrevistar al dueño de Telemag, posiblemente la empresa de sonido más importante de la región, y al momento me quedo prendado con el hombre; Pepe González es tipo generoso y como pocos disfruta contándome cómo le ha funcionado su apuesta por el streaming para colegios durante las navidades, sus esfuerzos para mantener la plantilla, sin en ningún momento excederse en la queja contra políticos y administraciones. ¡Y mira que podría! «Cuando vengas la próxima vez te invito comer en Puntas de Calnegre», me dice, ha estado hablándome maravillas de este espacio natural protegido de playas vírgenes que pertenece al término municipal de Lorca. Qué sensación más agradable me llevo, qué bien me está tratando todo el mundo.
No sé si este programa saldrá adelante, pero como venía hablando con mis amigos, nada se pierde en intentarlo. Yo lo único que puedo hacer es darles las gracias a ellos y al resto del equipo por contar conmigo, porque durante dos días he estado viajando, hablando con músicos, técnicos de sonido, gente del sector y cómo no, cantando. Ejerciendo mi profesión, demonios. Que a pesar de los pesares me sigue regalando momentos maravillosos como estos.
(Publicado en La Verdad de Murcia).