Poco antes del concierto había acordado con Rocío Saiz, la artista que abrió el festival, que cantaría «Como yo te amo» a dúo con ella. Rocío es toda una personalidad y me había dicho : «lo que pasa es que en ese tema yo me desnudo y me tiro al público, no te molesta, ¿verdad?» Pues nada hija, yo te miro asombrado y ya está, le contesté. De pronto instantes antes de salir me suelta: «tú te podrías desnudar también. ¿O te da vergüenza?» Aaaghh, vergüenza exactamente no, pero recién salido a escena y en frio es un poco… Minutos más tarde se produce uno de los momentazos del festival con la loca de Rocío dándome literalmente un tremendo golpe de pecho desnudo que casi me tira al suelo, jajajaja. Pero mucho antes de esto…
¿Por dónde empiezo? Por una tarde, de fiesta, creo que era Semana Santa en Málaga capital y me había encontrado con mi amigo Charli-E que estaba de cachondeo con una amiga suya lesbiana-lesbianísima. Entre bromas me surgió aquella boutade de «voy a organizar un festival para bolleras» y unos días más tarde le planteé la idea por teléfono a Rodrigo Romero, concejal de cultura Fuengirola, pero así como sin acabar de creérmelo. Para mi sorpresa al tiempo me llamó diciendo que le interesaba muchísimo la idea, pero aquel año yo estaba hasta arriba de bolos (fue en 2019, cuando batí mi record al hacer la friolera de 108) y además lo cierto es que no me atrevía a hacer la inversión necesaria para llevarlo a cabo.
Fue en el año 2 de la pandemia cuando la cosa empezó a tomar forma. Mis vecinos me habían llevado a conocer a Alfonso Llopart, director de la revista «Shangay» y uno de los gays más influyentes de España, y allí en la playa de Torremolinos le lancé la idea que me rondaba la cabeza de hacía tiempo. Entonces Llopart se mostró entusiasmado y dijo que me pondría en contacto con Ruth Franco, la persona ideal para llevar a cabo ese proyecto al que llamábamos «Bollo Fest» de manera entre reivindicativa y jocosa. Ruth, al ser una conocida representante de actores, directores y guionistas de cine bajaba al poco tiempo al Festival de Cine de Málaga y ya en un rápido encuentro decidimos ampliar la sociedad a cinco al incorporar a su hermana Lara y su cuñada Bea Fernández -ambas socias suyas en Fulanita de Tal, un referente lésbico nacional- y a Gema Payá como ayudante para todo. En una visita posterior de Ruth visitamos a los ayuntamientos de Torremolinos y Fuengirola y nos quedamos con la oferta de este último, sobre todo porque las instalaciones de MareNostrum son imbatibles.
Este festival se ha hecho mayormente vía ese artefacto diabólico pero tremendamente práctico llamado Zoom y sí poco a poco nos fuimos conociendo y estableciendo el principio de que íbamos a presentar el Fulanita como el Festival En Femenino de España, incidiendo en la puesta en valor del papel de la mujer en la música española y de alguna manera dando por suficientemente explícito el carácter LGTB -o LGTBQI, cada día hay más letras en esto, uf-, o sea, sin exagerarlo en absoluto pero sin ocultarlo tampoco. ¿Por qué? Pues porque amig@s, no sé si os dais cuenta de que las lesbianas siempre han ocupado el papel de patito feo en comparación con ellos. Todo para ellos, sí, y poco espacio para ellas, siempre a rebufo del varón. Y yo siempre pensaba, «por regla de tres hay tantas lesbianas como tíos gays, esto es de cajón». Tenía la misma sensación que cuando empecé a escribir «Una Historia del Pop Malagueño», ¿cómo que a nadie se le ha ocurrido montar un festival así antes?
Lo de después es largo de relatar y seguro que de poco interés para el que no sepa lo que es un producir un evento de esas características. Solo voy a reconocer que en una fase del camino llegué a estar arrepentido de haberme metido en tal fregado porque jamás hubiese imaginado que iba a ocuparme tantas horas. ¿Sabéis? Yo he montado un porrón de saraos colectivos y seguro que se me da bien aquello de aglutinar y hacer algo así como la dirección musical, pero nunca he desempeñado la labor de promotor de concierto con todo lo que ello conlleva de hablar con unos y con otros, buscar sponsors, pelearte con los mánagers, el plan de prevención de riesgos, el alquiler del equipo, contratar a la gente de redes sociales, el jefe de prensa, etc. Afortunadamente mientras más iba conociendo a mis socias más me iba dando cuenta de que estaba delante de un pack inmejorable de mujeres empresarias que además eran realmente entusiastas y sobre todo, extraordinariamente cariñosas. Menos mal que tengo la virtud de ser cabezota y terminar lo que empiezo, que si no……me hubiese perdido algunos de los momentos más emotivos de mis últimos años, oye, qué lágrima se le escapó a Gema cuando una pareja nos dijo «gracias por darnos visibilidad». El corazón encogío.
Mis socias han tenido la virtud de organizar varias actividades paralelas al festival que lo han hecho mucho más goloso para los visitantes, incluyendo una fiesta de bienvenida, un torneo de fútbol femenino y una despedida-brunch con lesworking y hot bingo (buscad esos términos por ahí, yo tampoco tenía ni idea de qué era eso). Nos hemos hecho amigos, he tocado en una de sus salas de Madrid, la Vesta, hemos creado un equipo orgulloso de serlo y sin discusiones dignas de mención. Mi única condición ha sido intervenir en la selección de artistas, porque por más que estas pudiesen gustar al público «les» para mí la calidad musical es importantísima y no me voy a encontrar cómodo convenciendo a la gente de que acuda a ver a alguien que ni yo mismo me creo. Y pienso que Rocío Saiz, María Peláe, Delaporte y Rigoberta Bandini han cumplido con las expectativas de todos, además manteniendo el espíritu loco, transgresor y divertido que siempre he buscado.
Esta aventura acaba de empezar y nos ha salido de escándalo, también por el increíble equipo de secundarios que hemos orquestado: Lauras, Tomás, Paco, Patty, Ana, a todas, todos y todes, y por supuesto a la gente de MareNostrum, gracias por vuestro increíble trabajo. La sustitución en los chat de whatsapp del «¿a qué hora ensayamos, hijos de puta?» por el «Javi, cariño, perdona que te moleste» de esta aventura es solo una de las frases a destacar en este transvase del ‘todo tios’ a contar con un equipo de «solo mujeres’, me voy a despedir nombrando unas cuantas más así como en clave:
-«¡Pero Javier, que yo tenía cassettes tuyos!» (María Peláe)
-«No me da la vida» o «¿podéis chequear el Excel de gastos?» (Ruth Franco)
-«Hola amores, he hablado con Lelo y me han dicho que….» (Lara Franco)
-«Dice Mariajo que puede conseguirnos unos influencers para darnos visibilidad en las redes y…» (Bea Fernández)
-«Javier, ¿te han confirmado ya las habitaciones del hotel?» (Gema Payá)
-«Hay que hablar con Jason para…» (todas las socias)
-«¡Yo no sabía que tú eres uno de los promotores! ¡Pero si eres una puta leyenda!» (Sandra Delaporte)
-«¿Que si el festival es inclusivo? Fíjate si lo es que yo estoy metido en él y no soy ni maricón» (un servidor a un amigo periodista momentos previos a una regañina de Gema)
-«Por el ambiente, por el buen rollo, por el concepto, por lo histórico, por lo reivindicativo, ¡enhorabuena!. Fuengirola y Fulanita Fest hacen muy buena pareja» (Antonio de Fuengirola TV)
-«Quiero que tú estés en la organización de este festival todos los años y que contratéis siempre a María Peláe» (Ana Mula, alcaldesa de Fuengirola)
-«Hell, yeah! Hacía mucho que no se me hacía de día, jajaja (Rodrigo Romero, teniente alcalde de Fuengirola)
¡Adiós, que me voy a ensayar para el Funky Town!