Javier Ojeda exhibe una gran variedad de estilos en la presentación de su primer disco en solitario en el Cervantes.
Fotografía: Carlos Moret.
RITMO. Ojeda derrochó teatralidad y funky sobre las tablas del Teatro Cervantes.
CARMEN PÉREZ, MÁLAGA. El talento, la búsqueda de sonidos diferentes y la hiperactividad musical de Javier Ojeda le han llevado a lanzar un trabajo discográfico al margen de su grupo de siempre, Danza Invisible. El Teatro Cervantes fue el escenario de la presentación oficial de ‘Polo Sur’, que salió a la venta el 28 de agosto y que ya se ha presentado en otras ciudades como Valladolid.
Esta aventura en solitario de Ojeda no significa que la mítica banda malagueña se haya separado, como insiste en aclarar Ojeda, que con este trabajo pretende dar rienda suelta a todo lo que hay en él y no se encuentra en las composiciones de Danza.
El malagueño derrochó teatralidad y funky en el concierto, que comenzaba cuando el reloj pasaba de las nueve de la noche. Ojeda se mostró seductor entre guiños a los ritmos de los ochenta. Sus condiciones vocales y su dilatada experiencia sobre el escenario quedaron ayer patentes sobre las tablas del Cervantes, que también pisó como vocalista de Danza Invisible. El malagueño entonó gran parte de los temas de ‘Polo Sur’. Pero también muchos de Danza, como ‘Frío en mi corazón’ o ‘Dame más’.
Con este repaso al disco, Ojeda llevó al público desde sonidos cercanos al soul a la potencia de los acordes más guitarreros, que recordó a los primeros discos de la formación malagueña. Canciones con diferentes ritmos y texturas que representan los polos opuestos de este álbum, que cuenta con el denominador común de unas letras pegadizas, seductoras y, en ocasiones, melancólicas.
Tuvieron gran acogida en el público las versiones que Ojeda ha incluido en este disco: ‘Amor es la droga’ y ‘Emborráchame de amor’. Los ritmos más funky y las canciones con las que Ojeda mostró sus ganas de bailar se hicieron presentes en temas como ‘Cuestión de fe’ y ‘Sin ti’.
Versatilidad y carisma
Un concierto en el que el vocalista de Danza Invisible mostró la variedad de registros a los que es capaz de adaptarse gracias a su capacidad vocal y a su amplia cultura musical.
Un completo y excelente equipo de músicos acompañó anoche a Ojeda. Al teclado y a veces a la guitarra estaba Manuel Isaac Aguilera, a los coros y con la guitarra actuó Paula Gabiño, el bajo estuvo en las manos de Rafael Jiménez y la batería en las de Antonio Miñán. Además, hubo algunas sorpresas y al escenario subieron Susana Aval, vocalista, los malagueños Efecto Mariposa y el saxofonista Roberto Cantero.
Para finalizar, Javier Ojeda admitió: «Es arriesgado hacer esto solo cuando tienes una banda como Danza Invisible, que es el mejor grupo en directo de España».