La importancia de llamarse George

Puede ser casualidad, pero resulta que los cuatro “George” que aparecen en mi colección alfabética de discos son negros o hacen música negra. ¿Será algún tipo de influencia espiritual del nombre sobre la persona? Porque también los “Joseles” suelen tocar o disfrutar del flamenco, ¿verdad? Pero mejor dejemos estas cuestiones de lado para pasar a informar a mis fieles lectores de Diario ADN de la importancia de mis cuatro Jorges, parafraseando a Oscar Wilde.

El primero y más importante es sin duda GEORGE CLINTON. ¿Qué no sabes quién es? Dios, esta consulta te costará una pasta en la Asesoría Ojeda. Así que intentaré mitigar en algo tu incultura relatando brevemente que el señor Clinton es uno de los personajes fundamentales de la música, así sin más. En la década de los 70 lideró, entre otros proyectos, dos formaciones asombrosas: Funkadelic y Parliament; con las que se inventó un nuevo género llamado P-Funk; algo así como una especie de funk psicodélico y enloquecido realizado por una pléyade de músicos en estado de gracia (Bernie Worrell, Bootsy Collins, etc.) y reforzada por una iconografía igual de majara que incluía terror de serie B, naves espaciales y un vestuario descacharrante. Pillaros cualquier recopilatorio, los hay muy buenos y a precios de risa. ¡We want the funk! En solitario destaca su “Computer games”, que incluía el “Atomic dog” que inspiró el famoso tema (y pseudónimo) de Snoop Doggy Dogg. Todos los del hip-hop le tienen en un santoral, normal, es de los artistas más sampleados de la historia.

Menos grave es que no conozcas a GEORGE McRAE, pero no a su mejor y más conocida canción: “Rock your baby” (1974), con la que seguramente provocó más de un casquete en la época. “Maaama, take me in your arms, rock your babyyyy”, mmmmm, me encanta, ¡fue un éxito incluso en España! No fue su único buen tema, desde luego, pero sí el que le hizo pasar a la historia.

Estoy dispuesto a disculpar que no conozcas a GEORGE DARKO, fino guitarrista ghanés, entre el highlife de su país y el jazz-funk a lo George Benson, aunque no lo pasarías nada mal si escuchases alguno de sus disfrutables discos de los 80. Que no todo va a ser americano o inglés, hombre.

El único blanco del lote es GEORGE THOROGOOD, practicante de un vibrante blues-rock de raíces ¡negras! y asombroso guitarrista capaz de levantarte el culo del asiento. El tipo domina como nadie la técnica del “slide” con el que saca sonidos asombrosos del instrumento. Una mala bestia del que te recomendaría, aunque no sólo, su “Bad to the bone”.

 

¿No te gusta la música negra? Muchacho, necesitas urgentemente de una buena asesoría musical para dar lustre a tu aburrida existencia.

 

(Artículo publicado en ADN Málaga el 30-11-07).