Para muchos de los seguidores de Danza Invisible «Efectos personales» es el peor de nuestros discos, y para casi todo el que se ha acercado a nuestra música de manera tangencial es un trabajo desacertado. No sé si a estas alturas conviene aceptar que nos equivocamos, no soy ni mucho menos el mejor crítico de lo que hago. Lo que sí puedo afirmar sin reparo alguno es que durante el periodo 2000-2001 la cagamos en un montón de cosas y no conviene echarle la culpa a nadie que no sea uno mismo. A continuación os cuento las peculiares circunstancias que rodearon esa grabación.
En 1999 estábamos en una posición inmejorable. Tras el significativo bajón de ventas que supuso «Por ahora» (1996) nos habíamos recuperado comercialmente con «En equilibrio» (1998) y nos encontrábamos en un momento interesante. Antonio L. Gil había sacado su disco con La Carmen, que aunque no tuviese ni de lejos el éxito que DRO-Warner había vaticinado sí que le había refrescado creativamente. Yo me encontraba en esos momentos componiendo un montón de canciones con Agustín Ansorena que luego fueron viendo la luz en años posteriores. Cuando Antonio y yo decidimos retomar el tándem creativo empezaron a salir canciones distintas a lo anterior y completamos una serie de temas que mandamos a la compañía. Al momento Alfonso Pérez, el director de DRO, nos llamó emocionado, había flipado con «Pero ahora…» y veía en el tema un hit que podría llegar a todo tipo de público y además iniciar una nueva etapa para el grupo.
Pero al poco tiempo nos planteó una idea con la que nunca estuve de acuerdo. Resulta que la discográfica había tenido un gran éxito publicando recopilatorios de sus grupos señeros de los 80 y nos ofrecía la posibilidad de hacer uno nuestro incorporando un par de temas inéditos, pero reservando «Pero ahora…» como carta segura para el siguiente trabajo. En mi opinión esto era un error, porque habíamos sacado no hace mucho un disco en directo («Al compás de la banda», 1994) y el concepto del nuevo disco quedaba trastabillado. Yo les dije de hacer el CD tal y como habíamos pensado y dejar esa recopilación para más adelante, ya incluyendo «Pero ahora..», pero mi idea cayó en saco roto, culpa mía por dejarme convencer y no sacar mi personalidad para convencer al resto de la banda. Lo hicimos como dijo DRO, sí, y los resultados no fueron los esperados. El «Grandes éxitos» no funcionó mal, pero «Efectos personales» fue un batacazo del que tardamos mucho en recuperarnos.
Cuántas cosas hicimos mal en esa grabación. Estudio de lujo que favorecía el relax, producción a nuestro cargo sin dirección clara, una batería registrada a un volumen altísimo y con sonido deficiente, visitas de amigos y colocones sin fin, qué mal todo. Y lo peor fue que el concepto del álbum cambió por completo, sin «Un trabajo muy duro» ni «¿Qué vas a hacer conmigo?», anticipadas en el «Grandes éxitos», el tono general quedaba mucho más sombrío y los últimos temas que hicimos para completar el CD («Donde el corazón nos lleve», «El punto de partida», «Olas del mar» y «Los tambores») no tenían mucho que ver con el resto, sobre todo temáticamente. Para colmo algo, no sé qué, se perdió en «Pero ahora…» en el paso de maqueta a disco, la verdad es que no transmitía lo mismo y la reacción de las radios fue muy adversa.
«Si pudiera dar marcha atrás…» dice la letra de este tema y me viene que ni pintada para mostraros este orden de canciones que encontré en una de mis viejas libretas, realizado cuatro años después. Planteaba la salida del disco precedida de un maxi que incluyese «Un trabajo muy duro» como single de adelanto completado con tres inéditos, un «dúo aflamencado con una cantante femenina» -por eso incluyo «Soy cobarde», el tema que hice con Celia Flores- «una versión instrumental de algún tema viejo y una nueva mezcla de algún clásico», ya entendéis ahora qué hacen aquí «A veces el campo (inst.)» y «El ángel caído» en la mezcla de 1999.
Lo que es el disco en sí mostrado en los apuntes y pensado a posteriori incluye los dos temas que tontamente se anticiparon para el «Grandes éxitos» intercalados como ahora os muestro y prescinde de esos cuatro últimos a los que antes hice referencia. Me gusta mucho más así. La gravedad de «En la palma de mi mano», por ejemplo, se compensa con el tono mucho más luminoso de «Un trabajo muy duro», seguramente un tema desaprovechado. El final solemne con «Tú me diste» me parece mucho más elegante también, musical y temáticamente. Por supuesto que no estoy en posesión de la verdad absoluta, Dios me libre, pero así hubiese hecho yo «Efectos personales». Aquí tenéis la playlist: https://www.youtube.com/playlist?list=PL0-8PbMrfY9QNc5Ye_1ThatDN72uaeumU
P.D. Esta lista está dividida en dos partes porque mis cuadernos planteaban la salida de los singles del disco con material inédito en las caras B y recogían la posibilidad de utilizar «Donde el corazón nos lleve» como un single independiente para publicarlo después del CD. ¡Pero eso os lo cuento el mes que viene!