«Too much on my mind»

Es el título de una canción de los Kinks, incluida en el «Face to Face», uno de los mejores LP’s de los años 60. Lo recuerdo perfectamente: el actor Bruno Ganz con gesto cabizbajo mientras sonaba esa canción en el film «El amigo americano» de Wim Wenders. Trata (la canción, no el film) sobre el estrés, el insomnio, el no poder relajar lo sentidos, esa sensación de agobio cuando no puedes controlar todo lo que te pasa alrededor. Y esta mañana se me ha venido a la mente tras el show de ayer en Álora, donde seguramente no di lo que puedo y , qué queréis que os diga, me cabreo cantidad cuando sé que no he estado del todo a la altura. Puedo presumir de algunas cosas en mi vida y desde luego una de ellas es el compromiso inalterable con el espectador, algo que en ciertos casos se denomina «profesionalidad» y que para mí no es exactamente esto, que me parece una expresión demasiado cuadriculada. Así que ante lo que me viene encima y relataré a continuación inicio una especie de nueva era, un golpe sobre la mesa que es necesario dar en según que casos.

Cuando hago shows en solitario siempre me encuentro con el problema de que es difícil rodar a una banda cuando tocas solo una vez por mes y has de buscar los ensayos en los huecos de uno y otro. Eso no es preocupante cuando tienes grandes músicos, pero a esto se le añaden a veces detalles que lo hacen todo más complicado: escenarios inadecuados, equipos de sonido así asá, una escucha complicada en el escenario. Pero no voy a poner ninguna excusa, estamos en tiempos que hay que adecuarse a todo y salir adelante con lo que sea, además no hay nada que más odie que el típico estrellita que monta pollos por esto y lo otro, ¡demonios, te está contratando! Esta nueva era exige un cambio en el guión que estamos dispuestos a asumir, y esto viene a cuento de los próximos conciertos que vamos a hacer a lo largo de estos meses de verano; se trata del ciclo «É O NO É» auspiciado por la Diputación de Málaga, una serie de 6 o 7 actuaciones en la que intentaremos hacer que la velada sea «algo más», una especie de noche creativa en la que nos esforzaremos dar lo mejor de nosotros mismos con presupuesto ajustadísimo. Se trata de buscar espacios únicos en la provincia que no sean habituales para conciertos y hacer un espectáculo personalizado para cada uno de ellos, utilizando en según qué casos un DJ de nuestro entorno, talleres artísticos con participación de los ciudadanos de cada localidad, decorados e iluminación inusuales, etc. Es decir, llevar a cabo lo que tantas veces decimos de si «no veas qué chulo estaría utilizar estos baños árabes para hacer un concierto, con alfombras en lugar de tarimas y disponer de una atmósfera adecuada para un acústico, etc.» Esto exige que los personajes implicados -el estudio Narita, responsable del acabado de las portadas de «Tía Lucía», «Reversos» y «TreintaTacos», y el fotógrafo Jose Cortés «Wosky», ambos gozando actualmente de un reconocimiento acorde a su prestigio y méritos profesionales- hagamos un trabajo de campo visitando localidades, buscando emplazamientos, hablando con los responsables municipales. Nos encantaría que cada una de estas noches fuesen especiales y que puedan funcionar tanto como reclamo turístico como diversión pura y llanamente para los que hagan el favor de acudir. En principio vamos a hacer tres o cuatro sets acústicos y tres en eléctrico y pardiez, vamos a intentar dar lo mejor de nosotros mismos aunque vamos justísimos de tiempo y medios. Pero somos capaces y lo hemos demostrado mil veces, ¿é o no é?

Por lo demás ha sido un mes bastante satisfactorio con todas las contradicciones que tiene este noble arte de darle al micro, como puede ser el ofrecer tus mejores momentos cuando no te esperabas nada especial o simplemente, estabas agotado. Llenazos insospechados, pinchacillos ídem de ídem y la sensación general de vértigo, tanto con Danza como conmigo en solitario. «There’s too much on my mind» por momentos pero ando lejos de estar agobiado, de hecho me encanta el nuevo tema que he terminado («Las noches del Camagüey», uno de estos casos en los que sientes que está explorando territorio virgen) y alucino de que el motivo de mi relativa zozobra sea el tener tantísimas cosas que hacer y un concierto no tan inspirado, nada que no arregle el Memorex o semejantes. O mejor, unas buenas jornadas de footing, a mí me ayuda mucho. Oye, echad un vistazo a los meses de julio y agosto, ¡esto camina!

Ah, no sé bien cual es mi artista favorito, pero estoy casi seguro de que Ray Davies, de los Kinks, es el mejor letrista que he conocido. Os dejo con una adaptación castellana de «Come dancing» que me preparó mi buen amigo Peter Edgerton con vistas a no se sabe bien qué, ¡bailemos!

 

Bailemos

 

Han construido un parking por aquí

Donde nos solíamos todos reunir

Antes lo intentaron con un/una ¿****? (esta palabra tiene que hacer rima con ‘baile’ k es la clave de la canción)

Donde había un salón de baile

Aquí las orquestas venían a tocar

Por las noches mi hermana, a bailar

 

Bailemos

Los chicos solían venir y esperar

Bailemos algo natural

 

Otro sábado y otra cita mas

Estando preparada les hacía esperar

Sudando por los nervios en la entrada

Él no sabía que decepción le esperaba

Gastaría su sueldo semanal

Por un abrazo y un piquito fraternal

 

Bailemos

Los chicos lo solían pedir

Y cuando dijeron bailemos

Mi hermana dijo que sí

 

Mi madre siempre esperando a mi hermana

Mi hermana tardaría en llegar

Siempre acababa en bronca

No se podía evitar

 

Hablando: Desde mi ventana los veo la luz de la luna

Dos siluetas besándose en el portal

 

El  día que tiraron la sala

Mi hermana empezó a llorar

El día que tiraron la sala

Fue un día para olvidar, para olvidar

 

Ya no soy niño y toco en un grupo

Donde bailaban hay un hotel de lujo

Mi hermana se casó y vive en las afueras

Sus hijas salen y ella se pone hecha una fiera

Sabe que hacen cosas que ella no podía

Y me pregunto si ahora ella lo haría

 

Bailemos

Vamos hermana y ven a disfrutar

Bailemos

Es algo natural

 

Bailemos

Como los sábados solíamos hacer

Bailemos

Pa´ no envejecer